La Demajagua, (MN).- Cada vez que el joven Maikel Diéguez Rodríguez llega hasta este sitio de la geografía manzanillera donde Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria cubana inició el 10 de octubre de mil 868 la prima gesta por la independencia en la Isla, no puede evitar el estremecimiento del alma y que la mirada se nuble un poco.
Hoy en la mañana, este profesor de la Universidad de Granma y delegado de la circunscripción 83 del Consejo Popular Camilo Cienfuegos, de la ciudad de Manzanillo, llegó hasta el hoy Parque Museo, Monumento Nacional, acompañado por su pequeño hijo para participar, junto a decenas de coterráneos en el acto por los 151 años de la efeméride.
“Venir hasta acá confirma que somos continuidad de la obra de Céspedes, de Martí y del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Este muchacho recuerda que desde hace seis años participa, junto al padre y el hermano, en similares ceremonias y en ese periodo hicieron el juramento: traer a esa edad al más pequeño de casa. Al decir esto los ojos de Maikel se humedecen porque ya el progenitor no los acompaña físicamente.
“Donde quiera que esté cumplimos con su palabra, a lo que nos inculcó desde niños: ser fieles a Céspedes, a Martí y Fidel y continuidad segura de la Revolución.
“El 10 de octubre de mil 868 dignificó a los de raza negra que como yo cumplimos el sueño de convertirnos en profesionales cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz nos regaló esta hermosa obra social, que tenemos el deber de cuidar y enaltecer para las futuras generaciones.”
Como parte de las actividades por el aniversario 150 de la efeméride en 2018, la comunidad de La Demajagua experimentó una transformación que le devolvió la vitalidad a instalaciones como la escuela, la bodega, el consultorio médico y además edificaron viviendas, que benefician a varias familias.
Desde la experiencia de más de siete décadas de vida, Amanda Arévalo Verdecia muestra una vitalidad impresionante, nacida, comenta, del privilegio de residir en un lugar con tanta historia, que cimenta sus sólidos compromisos revolucionarios.
“Una se siente feliz de vivir aquí y que vengan tantas personas y pregunten por la historia del lugar y por Carlos Manuel de Céspedes, por la Revolución y Fidel. La obra tenemos que defenderla hasta con nuestra propia sangre de ser necesario.
“No falto a ninguna actividad de las que se dan en este sitio y el año pasado con Raúl y Díaz – Canell aquí. La presencia permanente de Fidel que nos dio todo lo que hoy tenemos.
“La Demajagua rejuveneció: las familias están muy contentas porque tienen más comodidad en sus nuevas viviendas y se continúan haciendo. La Revolución es lo más grande”, concluye esta mujer y mira a Félix, el esposo y a sus dos hijos, campesinos también, pero hoy profesionales útiles al país.
Sencillo y tierno es el escrito plasmado en este artículo como el sentimiento que como el sol del mundo moral debe de impulsar a tdods los cubanos a defender la Revolución.