Lynn Milanés: “Sindo ha estado siempre”

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 20 octubre, 2017 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

 

La estela del apellido de su padre, Pablo Milanés, siempre ha perseguido a Lynn, la mayor de sus hijas. Ello ha  implicado un mayor esfuerzo para descubrirse como cantante y desprenderse de su legado y forma interpretativa.

Víctima de las comparaciones y las opiniones, a Lynn Milanés, como al resto de sus hermanas Haydée y Suylén (ya alejada del canto) les ha tocado demostrar ese extra que llevan dentro ante las miradas escudriñadoras de quienes buscan palpar qué tales son en esta profesión y si hay algo de bueno en ellas.

Por eso, resulta comprensible que en sus inicios, al crear el trío Aries, de conjunto con sus dos hermanas y bajo este mismo signo zodiacal, Lynn decidiera no cantar los temas de su progenitor hasta definirse como cantante.

Después, con el tiempo, encontró su identidad como artista, de manera que hoy le queda muy claro que ella es Lynn, y él es Pablo.

Su infancia siempre estuvo asociada a festivales, músicos que su padre invitaba a casa, entre ellos, Miguelito Cuní, El Albino, Cotán, D Javan, Caetano Veloso  y discos de buena música, entre estas, brasilera, norteamericana y tradicional cubana, lo cual explica su más reciente CD Lynn canta a Sindo, dado a conocer en Bayamo, durante la Fiesta de la cubanía,  jolgorio que tuvo entre sus principales motivaciones la celebración de los 45 años de la Nueva Trova y el aniversario 150 del nacimiento de Sindo.

“Sindo ha estado siempre”, así lo siente Lynn  Milanés, quien a pesar del  azaroso reto de interpretar la música de  este genial compositor, no rehusó a la realización de un sueño personal: cantarle al inmortal de la trova cubana.

En este CD, en el que comparten voces Pablo Milanés y David Álvarez, dotan de una tonalidad contemporánea 20 temas de Sindo, entre estos: Retorna, ¿Sabes lo que es un beso? El cóndor; Rayos de oro, La tarde, Tormento fiero,  Guarina, la preferida; Labios de grana; Ojos de sirena, Amargas verdades, ¿En qué parará la cosa?, Perla marina, Mujer bayamesa y La vergüenza.

En el caso de David Álvarez, líder vocal del grupo musical Juego de manos, permitió acercarnos más a sus facetas  como intérprete, músico acompañante, guitarrista, arreglista y salirse del estigma de esta agrupación “en la que me tocan las maracas y el trapito en la cabeza, como dice la gente”.

El proceso de creación  obligó a escuchar cientos de temas de Sindo, conservados en archivos e interpretados con mala factura por algunos artistas desconocidos. Fue un disco que a pesar  de llevar años de desarrollo hoy el público y el pentagrama cubano agradecen.

Lynn Milanés, quien ha dado pruebas de que el músico nace y se hace, y a quien le interesa poco la fama y sí hacer prevalecer la música, considera: “El éxito no es que te pongan muchas veces en la televisión o la radio, radica en uno como intérprete, en hacer valer tu trabajo, plasmarlo, ponerlo a prueba y, que a su vez, resulte válido y creíble para quienes lo están oyendo; en lograr los proyectos que querías, consolidarte como cantante, conquistar sueños…esos son los momentos que se necesitan para estar a plenitud en tu carrera¨.

 

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