La Empresa Integral de la Industria Alimentaria (EPIIA) en Granma, encargada del suministro de renglones derivados de la harina, fue afectada seriamente durante este 2019 por el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos tiene impuesto a Cuba desde hace casi seis décadas por varias administraciones.
La Mayor de las Antillas vivió desde septiembre una situación coyuntural al dejar de recibir petróleo temporalmente debido a las presiones de Estados Unidos a las navieras para evitar la llegada de combustible a Cuba en represalia por su apoyo a Venezuela.
Como resultante, el transporte y muchas industrias de la provincia de Granma se afectaron pese a la adopción de alternativas para mantener a flote las producciones. En el caso particular de la empresa integral alimentaria cabe decir que trabajaron apenas con 30 por ciento del combustible que mensualmente reciben.
Según Yoinel Ramos la O, Sub director de operaciones de dicha entidad, la entidad recibe cada mes 60 mil litros de diesel para llevar a cabo la elaboración de pan, galletas, dulces…y como consecuencia del férreo bloqueo a la isla, solo le suministraron 23 mil, cifra insuficiente para mantener activa toda su fuerza tecnológica.
Hoy se encuentran paralizadas varias galleteras de la provincia entre ellas, dos unidades de Bayamo, una de Media Luna y Manzanillo; el municipio de Bartolomé Masó se mantiene estoicamente laborando sus surtidos con leña.
El transporte para asegurar el traslado de materias primas también se ha reducido a un 30 por ciento y el suministro de materias primas esenciales como la harina, se ha visto fuertemente deprimido, vale decir que en lo que va de año, se han dejado de recibir tres mil toneladas esenciales para la vitalidad de los servicios.
Tal faltante, ha obligado a la EPIIA a adoptar alternativas con harinas de arroz, maíz y maicena para sostener sus renglones y no dejar de garantizar a la población los surtidos de galletas dulces, saladas y brilla, palitroques, dulces finos variedades de panes, entre otros.
Por otro lado, la tecnología, obsoleta y con más de 12 años de explotación, se ha visto privada de renovar sus piezas por la falta de suministros y la imposibilidad de adquirir piezas y equipos en el exterior a precios más asequibles.
Harold Pérez Teira, vicepresidente del Consejo de la Administración provincial en Granma, manifiesta que las afectaciones del bloqueo se reflejan a diario, desde una materia prima que no llega a tiempo por lo lejos que tenemos que buscarla y el asedio directo a las transportaciones vía marítima de nuestro país.
Mayormente se ven afectadas materias primas como la leche en polvo, la harina, las materias para la elaboración de aseos y que son del día a día.
Esta provincia gasta 80 toneladas de harina de trigo diaria, ciento por ciento importado, porque el país no lo produce. En cuanto al combustible, el asedio a la adquisición de combustible lo paraliza todo; los daños a la rama agropecuaria, por poner un ejemplo, son incalculables.
“En Granma se concentran las dos empresas productoras de arroz más grandes del país, que entre las dos demandan más de 15 mil litros de combustible diario para todos sus procesos productivos: siembra, cosecha, secado, molinado y transportación para su comercialización”, aseveró el directivo.
Las afectaciones por la imposibilidad de acceder al mercado de los EE.UU. a Cuba, se calculan en 163 millones 108 mil 659 dólares. Los sectores más afectados fueron el de la salud, el energético y la minería, las telecomunicaciones y la informática, la agricultura, la construcción y la industria, los cuales abarcan el 74,4 por ciento de los daños por este concepto, con un monto de 121 millones 423 mil 969 dólares.