
De acuerdo con los especialistas el epicentro del seísmo se localizó a 10 kilómetros de profundidad en la región de Ibaraki (a unos 120 kilómetros de Tokio).
También fue perceptible en la capital nipona y en las prefecturas de Chiba y Saitama, así como en el centro y el nordeste de la isla de Honshu, la principal del archipiélago.
Las autoridades informaron que la central nuclear de Fukushima, cercana a la zona, no sufrió afectaciones.
Japón se ubica sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que las infraestructuras están diseñadas para resistir estos eventos.