“Es agradable, muy agradable, el acontecimiento que nos reúne en la tarde de hoy: la inauguración de esta fábrica”, dice el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, con satisfacción reflejada en su barbudo rostro.
De modo que, añade, en la ribereña ciudad “no solo se bailará el son, sino que se producirán también riegos por aspersión”, lo que provoca risas y aplausos de las cerca de 30 mil personas presentes en el acto.
A continuación explica con lujo de detalles el costo de inversión de la planta y los beneficios que brindará a la agricultura en Cuba.
Es 28 de julio de 1977. En los días posteriores y durante varios años la fábrica, que lleva el nombre del mártir del Moncada José Luis Tassende de las Muñecas, produce miles de kilómetros de tubos empleados para irrigar plantaciones de caña y otros cultivos en toda la extensión de la Mayor de las Antillas.
El derrumbe del campo socialista en Europa del Este y la Unión Soviética, en la década de los años 90 de la centuria precedente, impacta con la fuerza de un enorme meteorito en la economía cubana, la fábrica referida deja de recibir materia prima y de producir los metálicos cilindros.
En el año 2000 sale del indeseado letargo, transformada en productora de perfiles y piezas de carpintería de aluminio y galvanizada para obras sociales, y comienza a ser conocida con el nombre comercial Alumec.
A partir de esa fecha, la actual Unidad Empresarial de Base (UEB) Oriente de Manzanillo, perteneciente a la Empresa de Producciones del Aluminio (Proalum), marcha con pasos firmes, aunque no exentos de dificultades. Su andar en este 2020 no es diferente.
PUERTAS Y VENTANAS
En enormes naves de la planta, grandes bobinas de láminas metálicas son cortadas en piezas y estas convertidas en las partes componentes de puertas y ventanas.
Con gran destreza y rapidez, unos obreros conforman dichos elementos, otros los ensamblan con golpes secos y certeros al colocar remaches y tornillos apretados con taladros.
Ese quehacer se traduce en diez mil módulos de puertas y ventanas para viviendas hechos en el período enero-octubre de 2020, compuesto cada uno por dos puertas, cinco ventanas simples y una de baño.
Los destinos de esa producción son el programa de construcción de viviendas, fundamentalmente, Educación y Salud Pública, en todo el país.
Dicha cantidad de tales elementos, sobrepasa la planificada a producir en el transcurso de los 12 meses del año en curso.
Felicia Martínez Suárez, directora de la entidad, declara que lograr esa producción a pesar de las afectaciones ocasionadas a la economía nacional por el bloqueo de Estados Unidos y la pandemia de Covid-19, es posible por disponer de suficiente cantidad de la materia prima principal.
Contribuye en tal sentido, añadió, la creatividad de los innovadores, quienes dieron solución a la falta de accesorios importados, por ejemplo, manipuladores de las persianas, con los cuales estas son abiertas y cerradas.
Alumec puede fabricar, y en años anteriores lo hizo, tubos de acero para muebles y ómnibus y espera volverlos a hacer en cuanto las circunstancias lo permitan.
CANSINO NO SE CANSA
Solo 19 años tenía José Cansino Núñez cuando, en 1979, comenzó a laborar en la entonces fábrica de tubos para riego por aspersión.
En los 41 años transcurridos desde entonces, “he pasado –dice- por todos los procesos productivos que se han realizado aquí, siempre tratando de dar lo mejor de mí”.
“Este es –añade- un colectivo consagrado. En los últimos meses hemos tenido dificultades con el transporte, la mayoría somos de la ciudad de Manzanillo, venimos a rumbo, por lo que tenemos que levantarnos muy temprano para llegar a tiempo, y al terminar inventar para irnos, pero hemos seguido viniendo”.
Cansino no reniega de su apellido, pero no se cansa, tampoco los otros 267 trabajadores de Alumec, enfrascados en hacer cuantas puertas y ventanas esté a su alcance, para contribuir a la consecución del programa de construcción de viviendas en ejecución en Cuba.