Granma arribará, el próximo 5 de abril, al cuarto proceso de rendición de cuentas de los delegados de circunscripción del Poder Popular ante sus electores (XVI período de mandato de las Asambleas municipales) con el 61 por ciento de solución de los planteamientos realizados en los tres anteriores encuentros de ese tipo.

Visto de una manera formal, o teniendo en cuenta las expectativas o reclamos populares en ese sentido, el nivel de ejecución pudiera considerarse insuficiente; sin embargo, hablamos de la respuesta a 10 mil 620 formulaciones (de poco más de 17 mil) que, en considerable medida, dependen del manejo de importantes recursos materiales.

Conocidos son los asuntos con los cuales más se relacionan las inquietudes y necesidades de los electores, por ejemplo, el abasto de agua, cuyo mejoramiento ha generado un amplio movimiento inversionista que llega a varias comunidades y barrios, y demanda de muchas fuerzas y recursos para renovar viejas y deterioradas redes de distribución, y colocación de nuevos canales.

Es correcto reconocer, la exigencia y seguimiento gubernamental a esos procesos en los últimos años, por su impacto directo en el fortalecimiento de la imagen del delegado y del perfeccionamiento del Poder Popular como órgano.

La inclusión de las soluciones en los planes de la economía también transcurre como eficaz vía para responder a las preocupaciones populares.  En el 2016, por citar una etapa, más de dos mil planteamientos fueron incluidos en los presupuestos provincial y municipales, para garantizarles los recursos necesarios y, de estos, se resolvió el 90.1 por ciento, mientras en los planes de este año están contenidos otras mil 420 formulaciones.

Mas, el propio órgano de Gobierno ha manifestado inconformidad en cuanto a tal nivel de gestión, pues lo no logrado es resultado de  la insuficiente prioridad y análisis sobre el particular, por los consejos de dirección de organismos estatales involucrados en las soluciones.

Otros frenos se relacionan con la codificación de los planteamientos, que deben generar análisis más objetivo en las  asambleas, y que sean registrados, como tales, aquellos asuntos que realmente puedan encontrar solución en un plazo conveniente, depende del nivel de información, clara y convincente, que delegados y administrativos sean capaces de llevar a los electores.

Este nuevo proceso debe asumir esa perspectiva como elemento básico de calidad, y, además, elevar el análisis de otras realidades sociales que pueden transformarse con la voluntad colectiva.