Somos Cuba: Un proyecto desde las raíces

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Por Sara Sariol Sosa | 20 octubre, 2017 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

A quien quiera entender el sentido de su obra, solo le bastará hurgar en sus raíces.

De ellas embebió Alberto Lescay Merencio, notable pintor, dibujante y escultor cubano, para trascender a través de la plástica, las fronteras de Martens, la loma que lo acunó, de Santiago de Cuba, la tierra natal que lleva en el alma, y de su patria, cuya cultura e historia ha honrado en cada lienzo, en cada volumen.

Como a tantos cubanos, la Revolución le fraguó el sendero hacia sus sueños, y así pudo él, el niño y el joven de seno humilde, limpiador de zapatos, vendedor de frutas, distribuidor de mercancías en las tiendas, trabajador en un café, donde lo mismo vendía un trago de ron que una libra de azúcar… convertirse en artista.

Su inclinación empezó a encontrar forma desde un círculo de interés en la secundaria básica, luego en la Escuela Nacional de Arte, y finalmente en la extinta Unión Soviética, con una beca ganada a fuerza de voluntad y claridad de su proyecto de vida y de futuro.

De tal empeño surgió el notable escultor y pintor Alberto Lescay, premio Maestro de Juventudes, artífice de la Fundación Caguayo para las Artes Monumentales y Aplicadas en Cuba, el mismo que los bayameses se honraron en recibir nuevamente en la ciudad, a propósito de la Fiesta de Cubanía.

Llegó ahora, con el proyecto inclusivo y experimentador Somos Cuba, y como parte de este, una exposición personal con varias gigantografías alegóricas a su obra monumentaria (Maceo, el Che, Mariana, Rosa La Bayamesa…), y lienzos que aluden a la tradición épica de Bayamo, concebidos precisamente para esta fiesta.

Somos Cuba
Por: Sara Sariol Sosa
Fotos Luis Carlos Palacios Leyva
Con un nuevo convite a la unidad espiritual y…

Posted by La Demajagua on jueves, 19 de octubre de 2017

De estos últimos emergen José Martí y su ascenso a la inmortalidad en Dos Ríos, el incendio glorioso con el cual los bayameses se negaron a poner a la ciudad nuevamente en manos de los enemigos españoles, el coraje de la Patria, el mambí, quienes abrazaron su legado, la bandera como estandarte…

-¿Qué es y por qué?

-Somos es una invitación a unirnos espiritual y profesionalmente para hacer cosas en la vida.

“Surgió a partir de una reunión con mis hijos artistas, hace varios años, y estrenado en Holguín en unas Romerías de mayo, lo hemos llevado a La Habana, a México, a Estados Unidos y otros lugares, porque pretendemos mostrarnos como proyecto integrado, de plástica, la música, la danza, y otros géneros, teniendo en cuenta, que el arte surgió así, y luego lo dividimos por secciones, pero en realidad el público disfruta mucho cuando ve la vinculación de todas las artes, una mixtura interesante.”

Con Somos, los hijos del maestro han participado con él en muchas puestas, exposiciones y espectáculos. Es una conceptualización, donde se fusionan la música, el diseño, la escultura, la gráfica, la coreografía, y la danza en un mismo espacio, al cual, los artistas de la familia, invitan también a amigos y colaboradores.

-En el paso del proyecto por La Habana, recogida en el lienzo, estaba la mambisa Rosa La Bayamesa, de la cual Lescay regaló a Bayamo, un monumento ecuestre en el 2002, y ahora vuelve a ella para develar una tarja en su honor. ¿Alguna motivación especial?

-Porque pienso que no la conocemos lo suficiente, se emparenta con Mariana Grajales, con Vilma Espín, y con todas las mujeres cubanas que han hecho esta historia maravillosa, es un símbolo extraordinario de inteligencia, de patriotismo, de entrega.

-En la muestra traída a la Plaza de la Patria, de Bayamo, está Fidel.

-Es una maqueta al Monumento Prohibido, que expresa la idea de lo que pudo ser, de él haberlo permitido, respetamos su decisión, pero queremos se sepa que todos los artistas hubiéramos querido hacer un monumento en su honor.

-¿Cómo explica Lescay la Fiesta de la cubanía?

-La cultura de origen africano en Cuba ha sido muy vilipendiada, vista como una cosa de tercera categoría, y todavía quedan algunos vestigios a pesar de estos años maravillosos de la Revolución, que llegó para decir que todos somos iguales, que tenemos derecho, y por lo tanto los fenómenos culturales caminan de otra manera.

“No podemos permitir que el reguetón, implantado en Cuba para acabar con el son, se establezca, y se ponga en un pedestal, que es poner en un pedestal la vulgaridad, la anticultura que a veces se refleja en algunos sectores de la sociedad cubana, la cual a veces se nos está reguetonizando.

“No podemos olvidar los principios éticos y culturales de una sociedad como la nuestra, y Bayamo tiene un ambiente sano, muy cubano, me encanta, y tenemos que seguir trabajando para mostrarlo como un ejemplo de lo auténticamente nacional.”

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