Auspiciada por promotores culturales, el grupo comunitario y la Dirección de Cultura en Guisa, la Jornada de la Cultura en la demarcación serrana de Victorino, concluyó este fin de semana.
Este evento constituye un elemento determinante en el impulso de nuestra cultura al manifestar la labor de los creadores e indagar en las raíces de la nacionalidad, propiciando la participación del pueblo en las actividades artísticas y mostrando los logros alcanzados durante un año de trabajo.
En esta ocasión el homenaje recayó en Asber Rodríguez Rosales por su loable labor como secretario general del Núcleo del Partido Comunista de Cuba en Victorino y Niurkis Días Guerra, por su destacada labor en el desarrollo sociocultural comunitario.
Durante la jornada, cuyo programa contempló nuevos perfiles culturales claves para la reanimación de zonas del Plan Turquino, los pobladores disfrutaron de expoventa de artículos artesanales y productos agrícolas, venta de libros, presentación de grupos aficionados, juegos, premiación de concursos infantiles, bailables, muestras de cortos y documentales producidos por el grupo audiovisual Picacho, guateques campesinos.
La jornada fue marco propicio además para el reconocimiento a entidades y promotores naturales por su labor incansable en aras de promocionar los valores más genuinos de nuestra cultura en la serranía de este consejo popular.
Como parte de la reanimación cultural de la Sierra Maestra la jornada de la cultura en Victorino acogió a un elenco artístico dirigido por Aniuska Cedeño Ferrera, subdirectora municipal de Cultura en Guisa, e integrado por el Mariachi la Ley del Monte, grupo representativo Son Cubano, proyecto infantil de órgano “El Gallito”, y los creadores Dalgis Giró y Jorge Felipe Santos Véliz, conductores de la Revista Cultural Imagen.
Victorino es muestra del trabajo sociocultural – comunitario sostenido por el proyecto audiovisual Picacho, promotores culturales, especialistas de la sucursal bibliotecaria, sala de video y televisión.
La comunidad, ubicada a 20 Km de la cabecera municipal, es de relieve montañoso, rico en hidrografía y abundantes precipitaciones, vegetación y suelo fértiles.
En la gesta liberadora de 1895 llegó a este lugar el primer poblador, llamado Victorino Espinosa, junto a su esposa Dolores Mora, quienes construyeron su vivienda y se dedicaron a cazar jutías, cerdos cimarrones y castrar colmenas. Para la casería empleaban la técnica de corrales, por lo cual las personas que visitaban la zona decían que iban a los corrales de Victorino, de ahí el origen de su nombre.
En 1895 la localidad sirvió de refugio a luchadores por la independencia de Cuba, tal es el caso de los generales Víctor Ramos Hernández y Florentín Bárzaga. En ese tiempo existió allí un pequeño hospital de campaña.