Ella apareció en el escenario del teatro Bayamo, este 17 de octubre, a las 5: 00 de la tarde, y el público la recibió con un aplauso. La cantante, vestida de forma sencilla, le retribuyó con interpretaciones inmensas.
Haydée Milanés Álvarez, autora de los discos Haydée, En Vivo, A la felicidad y Palabras e hija de Pablo Milanés, pareció cantar desde el corazón y entregarse al encanto del momento. Luego confesó: “Aquí la emoción es distinta”.
Después de algo más de una hora, la seguimos hasta un pequeño local para conversar, y nos recibió con amabilidad.
“Es un gusto y un orgullo estar aquí. Por mis venas también corre sangre granmense. La acogida fue maravillosa.
¨Me sorprendieron tantas emociones. Nunca había cantado las canciones de mi padre en esta, su tierra, y fue lindo. Sé que el pueblo lo quiere mucho”.
Habla de forma lenta. Su rostro revela la alegría, y, en algunos intervalos del diálogo, sonríe.
Ella recuerda su infancia llena de travesuras y juegos al escondido, en La Habana, pero siempre relacionada con la creación, que la llevó a iniciar sus estudios de piano, a los seis años de edad, en el Conservatorio de Música Manuel Saumel, donde aprendió también dirección coral. Luego, continuó en el Conservatorio Amadeo Roldán.
“En verdad, comencé demasiado temprano, pero los conocimientos teóricos me sirven de mucho, para dominar los instrumentos, hacer arreglos y comunicarme con los demás músicos, aunque lo más importante es el talento.
“Era muy joven cuando comencé profesionalmente con el cuarteto de Hernán López Nussa. Todo lo vivido en lo personal y en el trabajo me ha hecho crecer y enfrentar el arte de otra manera. Me siento definida en un estilo y feliz con lo que hago.
“La etapa con Hernán me enriqueció como vocalista. Más tarde, se impuso el deseo de convertirme en solista, para escoger mi repertorio y tomar otras decisiones. Poco a poco, enriquezco mi camino.
Recuerda el apoyo de otros autores, como Descemer Bueno, y sus inicios como compositora.
“Fue con el disco A la felicidad, para el que escribí algunos temas. Últimamente casi no lo hago, porque me centro en arreglar obras de Marta Valdés y otros, aunque eso también exige innovación.
“Necesito retomar más la composición, sería importante para mi propia espiritualidad. Tengo creaciones para proyectos futuros, aunque algunas inconclusas.
“Las primeras fueron un reflejo de aquella etapa de mi vida. A través de ellas, desahogué mis sufrimientos, preguntas y dudas. Me aliviaron cantidad”.
Hubo un pequeño silencio, y ella agregó: “Soy valiente, pero todo ser humano tiene dudas y quien diga lo contrario es un mentiroso. No temer es hasta peligroso”.
Cuando habla de su padre los ojos se le iluminan Ser su hija es indiscutiblemente un reto.
“Sí, es verdad. Al inicio fui un poco rebelde respecto a eso. He buscado mi propio repertorio y estilo y en otros autores, para no estar marcada solo por él, pero indudablemente papi forma parte importante de mi arte.
“Es mi mayor maestro, cerca adquirí la sensibilidad musical y aprendí bastante. Me siento identificada con él y en mis presentaciones siempre está presente, de alguna manera. Desde pequeña, adoraba estar en las reuniones con sus amigos, verlo trabajar, ir a los conciertos. Es cariñoso y protector. Le encanta reunir a la familia los domingos y comer.
“He transitado por varias experiencias. Ya tengo una obra, y siento que este es el momento indicado para interpretar sus temas y hacerle un homenaje a su obra y persona. Compartir con él sería algo hermoso y disfrutable”.
Haydée, la artista y muchacha agradable, la soñadora y persistente, nos cuenta del actual proyecto que prepara, junto a Pablo, para cantar algunos de sus temas más gustados. Ojalá el próximo año podamos venir a interpretarlos. Este evento, la Fiesta de la cubanía, es importante para la cultura nacional.
“Es válido ampliarse y caminar por varios estilos que te inquieten en ciertos momentos, pero prefiero la canción cubana.
Luego agrega: “Al pueblo de Grama le digo que me siento como en casa. De alguna manera, soy también bayamesa. Espero volver pronto”.
Casi al final, un beso en la mejilla es la despedida. Salgo con su disco Palabras en las manos, que ahora pongo en la computadora, me recuesto del espaldar de la silla, y escucho.
Realmente fue una velada hermosa , la que nos dio esta hija de bayamo , por que tambien lleva esa sangre de su padre un grande de la musica cubana. Que la vida le siga dando fuerza, voluntad , para que su estilo , su arte y musica llegan a fecundar mas corazones.