Pequi, su voluntad no conoce obstáculos

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Por Yelandi Milanés Guardia | 26 agosto, 2015 |
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Pedro Luis Chala DíazConocer e intercambiar con Pedro Luis Chala Díaz, alias Pequi, es un placer inmenso para cualquier persona. Sorprende ver como una discapacidad física no le ha impedido realizar sus sueños y ser feliz, al contrario, ha sobrepuesto constancia y voluntad a esa aparente limitación.

Los resultados alcanzados como instructor de arte y sus logros personales constituyen un atractivo para indagar en su periplo por la vida: “Desde pequeño fui diagnosticado con una enfermedad llamada Displasia Epifisaria Múltiple, la cual afecta el sistema óseo y perturba el crecimiento de los huesos.”

Durante su infancia, transcurrida en su Veguitas natal, notó las miradas extrañas y supo que algo raro pasaba con él, entonces su mamá aclaró sus sospechas y le ayudó a conocer y desarrollar sus potencialidades.

“Aprendí a no darle importancia a las miradas y palabras indiscretas”, subraya.

Su pasión por la música puede decirse que es hereditaria; un tío suyo es tresero de la banda de Cándido Fabré y el papá es el director de la Banda de conciertos de Buey Arriba.

Ellos lo inspiraron desde niño y cursando el cuarto grado comenzó a recibir clases de guitarra con el profesor de música Hugo Morales; un tiempo después con el instructor Gerardo Montero.

Posteriormente cursa estudios en la escuela especial Solidaridad con Panamá y luego regresa a la escuela secundaria Hugo Camejo Valdés, del mencionado pueblo, donde encontró el apoyo incondicional del instructor de arte Didier Rodríguez: “Él me enseñó lo indispensable para tocar la guitarra y me formó una buena base, así ingresé en la antigua escuela de instructores de arte (Eia) Cacique Hatuey.”

Allí, permaneció cuatro cursos y recibió los conocimientos necesarios para formar unidades artísticas en escuelas y comunidades. En la guitarra había acordes que por la discapacidad le costaba trabajo ejecutar, pero él buscaba la forma de sustituirlos por otros con la misma función. “Durante ese período crecí como persona y enriquecí mi manera de pensar”

En el 2009 Chala Díaz se gradúa y comienza a laborar en el seminternado Mártires de Bolivia de Veguitas, donde lleva 6 años.

“Desde mi estreno laboral una de mis principales metas fue formar musicalmente a mis alumnos”. Gracias a su esfuerzo y dedicación ha obtenido loables resultados en festivales de pioneros y ha logrado ingresar discípulos a la Escuela Vocacional de Arte Manuel Muñoz Cedeño de Bayamo.

Los certámenes convocados por la brigada de instructores de arte y los festivales de discapacitados, han constituido espacios para mostrar sus creaciones musicales y para recibir reconocimientos por su meritoria obra.

“Además de mis producciones en solitario trabajé durante un tiempo como arreglista y director musical de la desaparecida agrupación Jorge y su maquinaria, la cual considero una gran escuela, porque aprendí como hacer música para el bailador.

“Hoy me encuentro realizando la Licenciatura en instructor de arte y haciendo orquestaciones para el mariachi del municipio de Yara”, concluye.

Orgulloso de la profesión escogida este osado joven mira la vida positivamente y siente en la música un impulso constante, pues gracias a ella y a los que en él confiaron, especialmente su mamá, la discapacidad solo ha sido un motivo para demostrarle a los demás cuanto talento y fuerza hay en quienes se sobreponen a las adversidades.

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  1. Los que lo conocemos lo admiramos mucho, es un ejemplo para los que no creen en el poder de la voluntad y la consagración. Es maestro de mi hijo y siento satisfacción por ello. Marilin Castillo.