Sumar muchas manos

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Por Juan Farrell Villa | 24 diciembre, 2020 |
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FOTO Luis Carlos Palacios

La producción de alimentos es  un tema que concita el interés de todas las familias y por su puesto para la economía  en la provincia de Granma, de la que depende, en particular del sistema de la agricultura agropecuaria y cañera, el desarrollo y bienestar  social de sus habitantes.

Sumar  muchas manos decide en el empeño de enfrentar los desafíos de  la COVID-19 y de minimizar los efectos del arreciado  bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.

Desde  1987  conocemos de la vitalidad del movimiento  en patios, parcelas, macetas o cualquier  superficie de tierra disponible, alternativa acometida por la Agricultura Urbana y Suburbana que por estos días de diciembre está de aniversarios.

Reforzar el cultivo en pequeñas  áreas con un amplio sentido de autoabastecimiento ha cobrado fuerza en la provincia en  momento de imperiosa necesidad con la presencia  de aleccionadores ejemplos que pudieran parecer diminutos, pero no lo son.

Maritza  Sánchez Escalona siembra su pedacito en el  reparto Antonio Guiteras, en Bayamo.

Profesora de Español y Literatura, jubilada  y reincorporada  tras 44 años  de labor en el sector  educacional es un magisterio vivo, demostrativo  de cuanto puede la voluntad y amor  por el trabajo.

¨ Traigo un poquito en la sangre, la pasión por producir; me motivé y empecé a cultivar una  vez que nuestro presidente  Miguel Díaz-Canel Bermúdez y otros dirigentes de la Revolución  hablaron de la necesidad de hacerlo.

¨Es un patio  que no es mío, corresponde al edificio y  utilizando instrumentos  prestados por los vecinos, demostré  que si se puede cuando uno quiere y siente amor por lo que hace.

¨Algunas personas  me decía que estaba loca, una profesora  ahí con las manos y zapatos  llenos  de fango, sin embargo hoy todo el que pasa por allí me elogia por el trabajo realizado que prácticamente lo hecho  sola.

¨Tengo sembrado  en aquel pequeño  patio,  ensaladas de dos tipos; coseché  habichuelas que midieron un metro de largo, sin materia orgánica; el suelo lo pique y removí con un tenedor y regué un poquito de semilla donada por un productor.

¨ Yo me decía,  dime  tú,  si yo sembré un pedacito  y  si sembrara  una  ó 10 cerreras cuanto no iba a producir. Me siento estimulada a seguir, aunque algunas personas  piensen que uno no puede producir porque sea profesora.

¨Hoy la meta es producir y producir más. Tengo calabaza,  yuca, boniato y melón  de castilla florecido  y todavía no sé si me va dar frutos, además otras  matas de anón y aguacate¨.

¨Esta es una tarea necesaria, de ayudarnos a nosotros mismos, la economía y  al país. Lo  primero que coseché  lo compartí con  los vecinos y  empecé a comer yo.

¨Continuaré  hasta que la salud me acompañe, a pesar de mis 73 años y padecer de diabetes e hipertensión, no  hay limitación,  me siento fuerte  y  he mejorado abstraída en ese mundo tan lindo que es el pedacito, donde se pueda hacer¨.

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