Incontables musicólogos refieren que Bartolomé Moré (El Benny), uno de los más grandes cantantes populares cubanos, ganó su fama en México, país al que llegó en 1945 con el Conjunto Matamoros, grupo que al término del contrato retornó a La Habana, pero sin El Bárbaro del ritmo, quien decidió probar fortuna en el país azteca.
Allí consolidó su celebridad con la orquesta de otro gran músico cubano, Dámaso Pérez Prado, atrapó a los bailadores quienes para congraciarse con él, le regalaron una botella del tradicional Tequila que, precisamente un día como el de hoy, pero del año 1974, se le otorgó el certificado de bebida de México.
De esta forma se concedió protección a varios municipios de los estados de Jalisco y Nayarit, productores del aguardiente de agave, variedad azul, así como el registro a nivel internacional.
Inicialmente su producción fue limitada y luego prohibida, lo que trajo como resultado la fabricación y venta clandestina, debido a que se le daba preferencia a la comercialización de vinos y licores españoles.
Con el tiempo la industria tequilera creció de manera significativa y constituye un excelente regalo, similar al recibió por Benny Moré durante una de sus tantas actuaciones en la tierra de Benito Juárez.