De nuevo el planeta se estremece y acciona ante la presencia de un peligroso virus que afecta hasta la fecha a más de 170 naciones con la presencia de miles de infectados y más de 11 mil fallecidos, a pesar de los esfuerzos por detener el SARS-CoV-2, la COVID-19, sigue arrebatando vidas en el mundo.
En Cuba, con un vigoroso sistema de Salud y una fortalecida atención primaria, se extreman y divulgan las medidas sanitarias, mediante la labor del médico y la enfermera de la familia, audiencias sanitarias, medios de comunicación masiva, y otras muchas vías, con miras a ensanchar el conocimiento de la población de cómo prevenir ese mal.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de la isla cuenta hoy con un diseño de vacuna que pudiera utilizarse contra el nuevo coronavirus Sars-CoV-2 causante de la COVID-19, de acuerdo con Cubadebate; mientras China ha adelantado que médicos del gigante asiático podrían tener las primeras vacunas contra el nuevo coronavirus para casos de emergencia a partir de abril.
Sin dudas noticias esperanzadoras, que quizás no tuvieron en su momento tiempos atrás los millones de personas que perecieron entonces víctimas de letales epidemias que azotaron a la humanidad.
En tiempos de coronavirus, resulta interesante dirigir una mirada a algunas de las más devastadoras que afectaron al planeta, siempre teniendo presente que cuanto más lejanas de nuestros días, menor será el conocimiento sobre las enfermedades y sus consecuencias.
Publicaciones digitales refieren dos pandemias demoledoras, una de ellas la nombrada Plaga de Justiniano, la cual exterminó a 25 millones de personas en época del Imperio Romano de Oriente y de la floreciente Constantinopla.
Se dice que su causa resultó la misma de la otra pandemia que azotó al mundo en el siglo XIV, la Peste Bubónica o Peste Negra, transmitida por las pulgas alojadas en las ratas, provocando la muerte de entre 45 a 75 millones de personas en todo el orbe y particularmente en Europa diezmó la población considerablemente.
Un ejemplo, entre otros muchos, pudiera ser en el siglo XX la llamada gripe española, que justo después de la Primera Guerra Mundial, dejó entre 50 y 100 millones de víctimas mortales en dos años (1918 y 1920).
La gripe asiática (1957-1958) fue una pandemia de gripe aviar, se produjo inicialmente en China, expandiéndose más tarde a Singapur y Hong Kong a través de la fusión de un virus común en patos silvestres con una cepa que afectaba a humanos, describen fuentes digitales, que añaden la perdida de dos millones de personas a causa de tal azote.
Pero de entonces a acá la ciencia ha avanzado mucho y, de cara a evitar a toda costa la propagación del nuevo coronavirus en Cuba, el viernes último fueron anunciadas nuevas medidas para su enfrentamiento, con la contribución de todos.
Fuerza Cuba. Viviremos y venceremos, afirmó el presidente cubano al final del programa radiotelevisivo Mesa Redonda, mensaje que como bálsamo robusteció la esperanza de los cubanos.