Aníbal Suárez López abandonó la comodidad del asfalto y la frescura del aire acondicionado en una confortable oficina para subir a unos ocho kilómetros de Guisa, en la Sierra Maestra, a reencontrarse con sus raíces campesinas.
Allí en la agreste zona de El Bombón, es fácil verlo dar atenciones culturales a los cafetales, graduarles la sombra o aplicar fertilizantes a los terrenos ya de por sí fértiles y muy cerca de la casa la casa patrimonial.
Poderosas razones impulsaron a este licenciado en Contabilidad y Finanzas a subir a la montaña y continuar la tradición de cultivadores de café de distintas generaciones familiares y en especial de sus padres y de Juana, la madre, actual propietaria de la finca.
“Me crié retozando entre los cafetos, persiguiendo mariposas y sinsontes y aquí recogí mis primeros granos de café que si no tenían un verdadero sustento económico, iban forjando en mí el amor por el trabajo y por la tierra.
En esto influyó sobremanera el ejemplo y las lecciones de vida de mi madre Juana Caridad López , profesora e historiadora de la localidad quien nos enseñó a amar este pedazo de Cuba y sus frutos.
“No me arrepiento ni un momento de esta decisión: creo que desde aquí contribuyo mejor a la economía de la casa y de nuestra cooperativa de créditos y servicios (ccs) Manuel Fajardo, cuyos directivos nos apoyan en todo lo que necesitamos y de la técnica integral de montaña Oniria Richard Lossí, quien siempre está atenta a lo que nos haga falta.
“Estamos incrementando áreas del café arábigo, nuestra variedad tradicional, tenemos algo más de una hectárea junto a la carretera y nos vamos extendiendo por nuestra finca en un fomento loma arriba.
“Aquí tenemos cerca de siete mil matas con unos siete meses de plantadas y ya hay algunas que tienen granitos, pero las producciones fuerte las planificamos para 2020.
“En esta especie de vuelta a mis raíces me han servido muchos mis conocimientos económicos y mi formación universitaria, aquí no hay estrés todo es quietud y sombra, a propósito mientras crecen los árboles de piñón y júpiter ideales para sombrear, sembré plátano burro, cuyos follajes representan una sombra no permanente, pero que adicionalmente siempre propician algo que cosechar para el consumo humano y animal.
“Creo que el apego a estos cafetales fue el mayor empujón que recibí para volver aquí”.
Buenas tardes soy testigo de ver en el transitar del amigo Aníbal Suárez López de Bombón al municipio Guisa y viceversa hacia Bayamo su labor de rescatar los cafetales de su familia es importante pues así atribuye a su incremento en su economía y también no olvidar su raíces lo felicito, también siempre a sido ejemplo en sus proyectos de vida y lo importante atento ante cualquier iniciativa en el aporte de sus cafetales.