El triunfo de la heredad familiar

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Por Roberto Mesa Matos | 8 abril, 2016 |
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MANZANILLO.- Los primeros rayos del sol descubren cada amanecer a Rafael Rosales Milanés en pleno campo en la comunidad de San Antonio.

Para ese entonces, ya desde hace mucho rato, este joven manzanillero de 27 años de edad anda pastoreando su rebaño de 150 rumiantes, de ellos 130 ovejas y 20 chivos.

Desde pequeño siempre lo atrapó el quehacer con esos animales, que  constituyen el sustento familiar y lo convierten en uno de los socios más destacados de ganado menor de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Frank País García, de este costero municipio granmense.

Rodeados de los animales, Rafael nos cuenta que se levanta cada día sobre las 5:30 de la mañana e inicia las faenas que califica de muy agotadoras, pero disfrutables a plenitud “pues estoy en  lo que me gusta.

“Lo primero que hago es higienizar los corrales y sobre las 11:00 a,m.  me voy a pastorear, y no regreso hasta la 5:00  de la tarde para que coman bastante. Esta sequía ha sido  dura y por tal razón casi mi día transcurre en los postreros.

“Disfruto verlas correr por todo el campo, juguetear entre ellas y alimentarse tranquilas”.

ganadero_ovinoRafael Rosales Milanés es uno de los 14 productores de ganado menor más destacados de la CCS.

“Entrego solo los machos, y mensualmente aporto hasta 10 y 12 animales, ya en limpio he suministrado más de 700 kilogramos de carne, lo que es beneficioso para la cooperativa.

“Realmente requiere de sacrificios, pero hay que hacerlo, porque el tiempo y esfuerzo que se le dedica  da sus beneficios, tanto a la economía como a mi familia, pues vivo de lo que ellos me proveen”, afirma.

Estimula además el apoyo que recibe de la cooperativa con la entrega de herramientas y comida: palas, sal y vagacillo para alimentar los animales, así como estar al tanto de cualquiera que se enferma o asumir tareas de prevención.

“Muy pronto incorporaré a mi rebaño la crianza de conejos como respuesta al llamado de diversificar las producciones, en mi caso, de carne.”

Jovial y sencillo y como herencia familiar tiene lo más preciado,el apego a la tierra, Rafaelito conoce los secretos del ganado menor que hoy lo convierten en destacado. Se acomoda el sombrero de yarey y marcha feliz con sus ovejas en la inmensidad de los potreros de San Antonio.

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