Una batalla por la vida con sentido de responsabilidad

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Por María Valerino San Pedro | 16 enero, 2021 |
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FOTO/Ambientum

Para algunos, pasado un año de que la vida en el orbe se transformara y cientos de miles de seres humanos dejaran de existir, ya llegó el convencimiento de que la COVID-19 no es un simple catarro, sino una enfermedad que deja secuelas, porque el SARS-CoV-2, causante de esta dolencia, es un virus letal y altamente transmisible, para el cual aún no hay cura.

Incertidumbre, incluso pánico se generó a nivel global, y entonces las dinámicas de vida cambiaron y devinieron los fundamentales métodos de cuidado los nasobucos o mascarillas de protección, la desinfección de manos y superficies con antibacterianos y el distanciamiento social.

Pero tal convencimiento no ha sido suficiente para que se cumplan debidamente los protocolos sanitarios establecidos, por lo cual, a partir de la entrada a Cuba de viajeros internacionales y con los festejos por el fin de año, se violaron de modo general las medidas orientadas, y en la provincia de Granma, por ejemplo, en esta segunda oleada de transmisión suman 210 casos acumulados.

CONTROLES EN LA COMUNIDAD

El Doctor José Antonio Rodríguez Montalvo, quien está al frente del programa de enfermedades transmisibles en el Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología explica que en todos los países del mundo hay circulación viral, por lo tanto la probabilidad de tener el virus en Cuba es superior al 96 por ciento.

“En otras naciones no existe una epidemiología de campo, es decir, controles en la comunidad, porque se hace asistencia médica y luego regreso al hogar, con síntomas ligeros ni siquiera se ingresa al paciente, y justamente la entrada de viajeros a partir de la apertura de las terminales aéreas ha sido la principal vía de introducción.

“Nuestro territorio, no obstante el alza en número de casos confirmados, permanece como uno de los de menor tasa de incidencia en el país y es catalogado por el Ministerio de Salud Pública con estabilidad en su cuadro epidemiológico para el coronavirus y con tendencia al control.

“Durante los primeros 30 días a partir del 20 de noviembre último el 80 por ciento de los casos aquí eran importados, pero ahora la situación ha variado, y ya más del 55 por ciento son autóctonos.

“A partir de los viajeros han generado casos secundarios, en orden descendente, los municipios de Bayamo, Manzanillo, Campechuela, Buey Arriba, Niquero, Jiguaní, Guisa y Bartolomé Masó, en los que se hace un fuerte trabajo de campo y un rápido levantamiento de contactos de contactos, con protocolos de aislamiento en sus casas, bajo la supervisión del médico y enfermera de la familia”.

En tal sentido el especialista explica que los contactos de casos confirmados, por indicación ministerial entran en ingreso domiciliario, avalado por las condiciones que pueda tener en el hogar, con restricciones, limitaciones que se expanden a amigos y vecinos, y acercamiento allí de los artículos de primera necesidad.

Agrega además, que el centro de aislamiento no es solo para sospechosos y enfermos, sino también para contactos que no puedan hacer un aislamiento correcto en la casa.

Rodríguez Montalvo señala como una característica del coronavirus en Granma, que el 90 por ciento de los casos son intrafamiliares, lo cual permite controlar mejor la epidemia pues al no haber dispersión los recursos se concentran en el lugar del foco.

Al respecto manifiesta: “Es también distintivo en la provincia la no aparición, hasta ahora, de eventos (10 focos o más), lo que obligaría a retrocesos de la nueva normalidad a fases de la transmisión autóctona limitada, y la no aparición de brotes en centros de trabajo, evidencia de la efectividad en las medidas de contención en las tres reglas de oro (señaladas anteriormente).

“Tenemos 73 focos activos, y resulta meritoria la labor de apoyo de los grupos comunitarios en el control de la restricción de estas personas en el hogar. En algunos lugares hemos tomado decisiones de hacer cuarentenas modificadas, delimitándose un perímetro determinado con una cinta para evitar la entrada o salida de alguien”.

EXTREMAR MEDIDAS

La cercanía con provincias bastante complicadas epidemiológicamente ha obligado a extremar las disposiciones, como el cierre de fronteras desde el lunes de esta semana, la identificación de violaciones y una mayor rigurosidad por parte de inspectores y de la policía, aplicándose medidas incluso desde el punto de vista penal con quienes infrinjan lo establecido.

Tenemos la seguridad – indica José Antonio- de la existencia de circulación viral, los focos identificados y los brotes son los arrojados por la vigilancia, pero lo que está por debajo no lo conocemos, por tanto son imprescindibles, ahora más que nunca, las medidas de precaución”.

SECUELAS

Antes de pasar a los pormenores de las derivaciones de la COVID-19, el médico informa la evolución desde el punto de vista clínico de los pacientes granmenses positivos a la enfermedad en esta segunda etapa. Ha sido preciso ingresar en Santiago de Cuba a una treintena, de ellos, dos estuvieron graves y ya están recuperados, y uno crítico, que evoluciona de forma estable.

“Las secuelas –revela- se dividen en agudas y crónicas, las primeras, en el momento que aparecen las manifestaciones clínicas, la demostración científica de esta sintomatología la da el estado clínico del paciente. Son trastorno del gusto y del olfato, ansiedad, fiebre, las expresiones respiratorias y musculares, y pueden extenderse hasta tres meses, es decir, son transitorias.

“En el caso de los pacientes que han estado ingresados con sintomatología y han precisado de ventiladores mecánicos, pueden tener secuelas a largo plazo, como la fibrosis pulmonar (se hace rehabilitación pulmonar tratamiento, pero no se cura), por el proceso inflamatorio y la hipercoagulidad provocada por la enfermedad. Todos los indicios apuntan a que la acción sobre el tejido pulmonar es altamente agresiva, produce dificultad respiratoria, sobre todo a partir de los tres meses de ser dados de alta.

“Hasta el momento los pacientes de Granma que padecieron la COVID no han dado reportes de esa secuela.

“También figuran –afirma- entre las secuelas crónicas el síndrome neurológico post Covid, manifestaciones de ansiedad, pérdida de la memoria, irritabilidad, cansancio mental y depresión. Algunos autores describen en personas de 60 años en adelante la posibilidad de llegar a una demencia.

“Pueden aparecer secuelas no descritas, pues hay una nueva cepa circulando con un gran nivel de contagio, aunque no así de virulencia (capacidad de producir casos graves o muertes)”.

Añade que los lactantes tienen una evolución satisfactoria, debido a su inmunidad innata, pues tienen circulando en su cuerpo inmunoglobulina trasmitida por la madre a través de la leche materna, y es altamente efectiva.

“Lamentamos –amplía- que los niños se infecten, pero la respuesta ha sido siempre positiva, no así para los adultos mayores porque se les suman las enfermedades de base más el factor edad.

“En Cuba, ni en Granma (suman 24 niños contagiados), uno de ellos lactante, se han descrito secuelas en los infantes contagiados con el padecimiento, salvo los afectados por leucemia, linfoma, malformaciones o bajo peso al nacer, ya en desventaja, y aún así han sobrevivido en la Mayor de las Antillas, no así en otros países.

“Continuamos trabajando duro en este territorio por detener el contagio de la COVID y por una mayor calidad de vida de la población”, concluye.

Esta es una batalla por la vida que no se gana en modo alguno sin sentido de responsabilidad y desconociendo la peligrosidad del rebrote.

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