La Habana, – Una nueva etapa de trabajo comienza hoy para la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) a partir de las rutas trazadas en el IX Congreso de la organización, resultado de diálogos honestos y críticos.
Durante la clausura del IX Congreso, en el Palacio de Convenciones, el jefe de Estado instó a fortalecer la política cultural y darle el contenido que los tiempos actuales están exigiendo.
Tenemos desde la administración el deber de ser coherentes, no hay una política cultural para el sector estatal y otra para el privado, en ambos sectores tiene que promoverse, defenderse, darse el espacio a quienes hacen arte verdadero, aseveró el mandatario.
En los debates al interior de las comisiones, los escritores y artistas de Cuba agrupados en la Uneac afianzaron el compromiso de contribuir para que esta organización penetre y dialogue con el tejido social de la nación.
A su vez, intercambiaron sobre el impacto de las nuevas tecnologías que conviven con modos tradicionales de comunicación y las maneras de propiciar la formación de un público capaz de discernir con juicio crítico lo culturalmente valioso y auténtico.
Tras dos días de intercambios, bajo el lema de ‘Sin cultura no hay libertad posible’, los delegados al IX Congreso consideraron una obligación proteger la enseñanza artística como única garantía de continuidad del arte y la literatura.
La formación artística no puede subordinarse a las contingencias, ni banalizarse en medio de la difícil situación que afronta el país y debe constituirse ella misma en la expresión más genuina de nuestra identidad, tradición y valores culturales, expone el dictamen de la Comisión V.
Comprometer a las figuras emblemáticas de la cultura del país para que se acerquen a la enseñanza como tutores y maestros, devino uno de los reclamos expuestos en el informe final.
La Uneac fue fundada en 1961 por el poeta nacional Nicolás Guillén y actualmente cuenta con nueve mil miembros y filiales en todas las provincias del país.
El evento acontecido en esta capital, del 28 al 30 de junio, reunió a 250 delegados que coincidieron en respaldar el objetivo originario de estimular, proteger y defender la creación intelectual y artística en Cuba.
La batalla de nuestro tiempo es eminentemente cultural, entre la imposición hegemónica y los paradigmas emancipatorios, entre la estulticia y la libertad, advirtió el etnólogo, poeta y novelista Miguel Barnet, quien estuvo más de una década al frente de la Uneac y pasó a ser su presidente honorario por aprobación unánime del Congreso.
Los participantes convinieron en potenciar la investigación y la preservación de la memoria histórica de la enseñanza del arte en Cuba y crear estrategias para la formación de críticos especializados que permita un ejercicio profesional ético, orientador, jerarquizador y comprometido con la cultura.
Por su parte, Díaz-Canel enunció la intención de realizar encuentros mensuales con la directiva electa de la Uneac, grupos de creadores y los ministerios, para revisar todo cuanto se pueda colaborar en arrancarle cada vez un pedazo mayor a los problemas y dificultades.
La nueva etapa comienza así, con conciencia crítica y autocrítica; con un compromiso social y de defensa al humanismo revolucionario.