Tal vez porque es mujer Teresa Guadalupe Palacios Domínguez nos invita a viajar por el universo femenino que la impresiona o conmueve. Un espacio vital en el cual ellas se vuelven iconos de la creación.

La suavidad, sutileza y belleza están presentes en estas mujeres que sueñan, contemplan, esperan, danzan, palpitan, aman, y se liberan.

Su obra, concebida fundamentalmente mediante el grabado, expresa el carácter intimista y el cuidadoso trabajo de la joven en la conformación de cada una de las propuestas.

La calcografía es la técnica predilecta de esta artista. Ella se distingue por su laboriosidad, preciosismo y la exploración del diseño acorde con su línea estética. También, resulta frecuente encontrar en sus cuadros el uso de motivos (algunos geométricos) para la construcción de los fondos, los cuales funcionan como vitrales que contrastan y equilibran el reposo de alguna de las figuras.

Palacios Domínguez prefiere recurrir a la intuición en cada nueva pieza, desea que el resultado final la sorprenda, pues para ella aquello que uno se impone nace sin vida.

Aunque el grabado no era la elección deseada, se graduó de esta especialidad en la antigua Escuela de Artes Plásticas Oswaldo Guayasamín, de Bayamo. Al salir descubrió su apego y cariño hacia esa técnica.

Este año, en el que celebra el décimo aniversario de quehacer artístico, culminó un ambicioso proyecto de grabado que inició al graduarse. Cuarenta producciones lo integran y esperan ser expuestas en Holguín, Santiago de Cuba y Camagüey, entre otras ciudades. Ahora dice que se siente libre para pintar o dibujar.

“Los cuadros son como hijos, fluyen a través de ti pero no te pertenecen”, asegura esta joven que ha encontrado en la pintura el mayor de sus placeres, a tal punto que no concibe el mañana sin poder dedicarles varias horas a las criaturas que pueblan su mundo interior y esperan habitar alguna de sus pinturas.