Los protagonistas de esta historia no buscan agasajos ni fama, pero la impronta de sus obras los llevó a ello. Son humildes profesores, de esos que van sin corbatas y sin aires de superioridad; hombres comunes, que como tú y yo van a comprar el pan, o comparten una charla en la bodega, mas algo imperceptible los diferencia: su pasión por la ciencia.
Precisamente su más reciente investigación, los hizo acreedores del premio Academia de Ciencias de Cuba, -que se otorga a los aportes científicos más importantes del país- tras presentar sendos volúmenes de publicaciones:
“Políticas públicas y procesos rurales en Cuba: Aproximaciones desde las ciencias sociales”; y “Cuba rural en los siglos XX y XXI: Contribuciones de las Ciencias sociales desde una perspectiva crítico-propositiva”, reconocidos además en 2017 y 2018, respectivamente, con el Premio nacional de la crítica científico-técnica.
PARTICULARIDADES
Los libros, abarcan un conjunto de 30 artículos que versan sobre transformaciones agrarias, las dinámicas sociales del medio rural, los procesos emergentes de innovación agropecuaria local, entre otras temáticas abordadas por 49 investigadores pertenecientes a 17 instituciones académicas y científicas, el grueso de ellas radicadas en Cuba, aunque existe una representación de Brasil, Francia y Alemania.
“Desde la Universidad de Granma conformamos un proyecto en red con esos investigadores lo cual le imprimió mucha solidez a nuestra propuesta, que no solo se adentra en el análisis profundo y crítico de las principales problemáticas que hoy muestra el universo rural y agropecuario cubano, sino también que formula ideas para corregir, enriquecer y perfeccionar nuestras políticas públicas en diferentes niveles y ámbitos”, describe Arisbel Leyva Remón.
“Este estudio social sobre el medio rural cubano, abarca la complejidad del periodo especial y su papel desencadenante en un grupo de trasformaciones y políticas públicas con diferentes impactos en la sociedad cubana”, comenta Rubén Villegas Chadez.
“Los ejemplares aglutinan investigaciones sobre el campesinado, los nuevos actores sociales, nuestra agricultura, las transformaciones que se generan, las contradicciones entre la producción, la comercialización, el consumo… y todo lo que gravita en el problema agroalimentario de nuestro país.
“Tampoco escapan análisis sobre la sociedad rural en todas sus facetas, el destino de las familias, fenómenos como la migración, la violencia familiar y de género…todo desde la perspectiva de proponer soluciones, para que los procesos mejoren, transformen para bien y podamos aspirar en algún momento a ese desarrollo sostenible en el medio rural”, acuñó el integrante del Comité provincial de la asociación de economistas.
TRANSCENDENCIA
“Para las ciencias sociales en Cuba, opinó Leyva Remón, el resultado generado es sumamente valioso, pues conjuga el esfuerzo de investigadores de diferentes campos: economistas, sociólogos, antropólogos, especialistas en las ciencias jurídicas y aplicadas a la esfera agraria, de la cultura, geógrafos…y esa mirada interdisciplinaria otorgó consistencia a la propuesta dejada a los tomadores de decisiones para el ámbito del diseño y el perfeccionamiento de las políticas públicas.
“Son libros muy útiles que versan sobre temas relativamente carentes de estudios y con validez en la docencia, tanto de pregrado como posgrado”, precisó Leyva Remón, profesor titular de la Universidad de Granma.
“En estos momentos, estamos inmersos en el proceso de fortalecimiento y rescate de la gestión de un grupo de cooperativas que están llamadas a revolucionar la situación agroalimentaria, y que sin enfocar los problemas que se exponen en esta investigación, sería muy difícil lograr”, anunció el Presidente de la Sociedad Cubana de Economía Agropecuaria de la ANEC.
“Hablo de conocer la esencia, el criterio de los verdaderos productores, de los habitantes del campo y otros sujetos sociales que tiene que ver con su actividad desde las instituciones estales, con créditos, precios, impuestos, marcos legales, toma de decisiones y aplicación de políticas, que de conjunto nos permitirán exportar, tener un autoabastecimiento y desarrollar los territorios”, comentó Villegas.
Ambos investigadores, coincidieron en que el Premio y el resultado en sí, además de constituir un orgullo, por lo que representa la Academia de Ciencias de Cuba, los pone en un compromiso mayor para seguir aportando a nuestro territorio, al país y en particular al desarrollo de las ciencias sociales en el medio rural.
Los protagonistas de esta historia, ya lo anunciaba, son humildes profesores en nuestras aulas, de esos que van sin corbatas y sin aires de superioridad, pero si aplican la ciencia, pueden enderezar surcos, avizorar problemas, proponer soluciones y hacer producir la tierra.