Voz para los abandonados

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Por | 25 mayo, 2021 |
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FOTO/Anaisis Hidalgo Rodríguez

La clínica del veterinario Abel Fernández García, en Bayamo, es
un glosario de razas caninas, con el fin de garantizarles salud. Hasta ella
llegan conducidos por sus dueños: pequineses, chau chau, salchichas,
doberman, dálmatas, chihuahuas, huskies…, y mezclas derivadas de
estas, conocidas como satos.

 

Quienes amamos a los canes, sentimos beneplácito al ver cuántos propietarios se ocupan de la  felicidad de sus mascotas, incluso,
mucho antes de que se aprobara en Cuba la Ley sobre bienestar animal,
que se propone promover el buen estado físico y mental de estos en
relación con las condiciones en las que vive y muere.

Con mejores ojos recibimos en dicha urbe, la creación de una farmacia de nuevo tipo para la venta de productos de origen natural destinados a la salud animal, entre estos nutrientes y antiparasitarios.

No basta que una parte de estos animales sean atendidos por sus
dueños, ni que veterinarios como Abel, quien ejerce su trabajo por
cuenta propia, realice tres y cuatro campañas de vacunación gratis
contra la rabia.

Más miradas debieran apuntar a cómo garantizar la salud de los
animales callejeros, aquellos que una vez tuvieron dueños, pero fueron abandonados a su suerte, víctimas de la desnutrición, el parasitismo y la violencia física.

La Ley de bienestar animal, felizmente, nos ofrece herramientas
para brindar una mejor vida a los sin dueños, al otorgar a los órganos
locales del Poder Popular, la facultad para promover e incentivar la
participación de las comunidades en el bienestar de los animales; la
posibilidad de gestionar y financiar proyectos de desarrollo sociocomunitarios y ambientales.

También posibilita integrar en los proyectos de desarrollo local acciones que den cumplimiento a las disposiciones contenidas en el Decreto-Ley y su Reglamento, e incluso, solicitar la autorización correspondiente para la creación de entidades y centros para la atención, acogida, rescate y rehabilitación de los animales.

Se esperan, entonces, las iniciativas, en una ciudad por la cual transitan, según el zoonólogo Leonardo Regis Feria, alrededor de 55 perros
callejeros que hoy no solo son víctimas de la indiferencia humana, sino
que también pueden convertirse en focos transmisores de enfermedades para el hombre, teniendo en  cuenta que no disponen de jaulas para retenerlos.

Si garantizamos su salud y bienestar físico y mental, estaremos
estableciendo una convivencia saludable y armónica que beneficiará
a ambas partes. Atenderlos a ellos, es cuidarnos todos.

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