Encontrar un “huequito” en la agenda de trabajo de Yolaine Ramírez Carrazana es una tarea casi imposible, que parece no descansar nunca, empeñada en garantizar el servicio eléctrico de Granma.

La suya no ha sido una tarea sencilla desde que, en el 2014, asumiera la dirección de la Empresa Eléctrica de Granma, convirtiéndose en la única fémina del país con ese cargo.

“Yo formaba parte del sector eléctrico, desde el año 1994, en el entonces subcentro de Guisa, mi municipio natal y donde aún vivo. Allí me desempeñé como ventanillera, cajera, verificadora, almacenera y jefa de una brigada de linieros, hasta llegar a ocupar la dirección de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Guisa, en el 2008, y, un poco más tarde, comencé a ser reserva del cargo de Director General de la empresa.

“Todavía recuerdo aquel viernes, 4 de diciembre del 2014, cuando me dieron la noticia de que yo, “la guajira”, sería la Directora de la Empresa Eléctrica de Granma. Ese día lloré mucho, sentía que la tarea me quedaba grande; pero acepté el reto y asumí la responsabilidad con tremendo compromiso y sentido de pertenencia”.

-¿Cuánto empeño ha tenido que poner para dirigir en un sector donde los hombres parecen llevar la voz cantante?

-Comenzar a dirigir una entidad con más de mil trabajadores y, en la que intervienen muchos indicadores técnicos y productivos, los cuales definen el quehacer de una provincia fue una tarea muy dura; aún lo es.

“Y a pesar de la experiencia que ya traía de mi UEB tuve que prepararme en todo, porque la labor de la empresa resulta abarcadora y muchos de los procesos que se realizan a nivel provincial no los conocía completamente.

“También empecé a estudiarme al detalle los procedimientos técnicos para el trabajo en las líneas, en los laboratorios eléctricos, en las subestaciones, o en el despacho provincial de carga, y vincularme, además, a la labor de cada una de las áreas, como, por ejemplo, la actividad comercial y de atención al cliente, porque soy licenciada en Derecho, y para exigirle resultados a un colectivo tan  grande, donde hay ingenieros de formación, especialistas con varios años de labor y linieros que se saben al dedillo su trabajo, tenía que capacitarme bien. Todo eso implicó amanecer muchas veces en la oficina”.

-¿Nunca constituyó un obstáculo su condición de mujer?

-El reto más importante que debe enfrentar una mujer, cuando se le asigna un cargo de dirección, es ser ejemplo ante cada uno de sus trabajadores y conocer sobre la actividad que va a dirigir.

“Ese fue mi propósito desde el primer día, y con dedicación, exigencia y, sobre todo, disciplina he logrado que mi colectivo me respete y me siga.

“Además, soy de esas personas que le gusta escuchar a, tomar lo positivo y todo lo que pueda enriquecer mi labor y, con eso, poco a poco, fui construyendo el equipo con el que cuento, el cual fui adaptando a mis métodos y estilo de dirección, logrando una cohesión que nos ha permitido trabajar de forma orgánica”.

-Pero ese no ha sido el único reto que en su condición de dirigente ha tenido que enfrentar Yolaine Ramírez.

-La Empresa Eléctrica es muy compleja, pues el servicio que prestamos es esencial para la población y la economía de la provincia, es un trabajo de 24 horas los 365 días del año.

“Esta dinámica requiere que me levante diariamente sobre las 4:30 de la mañana, con el objetivo de dejar las cosas de mi hogar organizadas y estar en la oficina antes de la 6:30 a.m., para comenzar una jornada que, por lo general, termina cerca de la medianoche.

“Es decir, que cuando asumes esta responsabilidad sabes que no podrás dedicarle todo el tiempo que quisieras a tu familia, y por eso es tan importante su apoyo.”.

-Por su impacto directo en la vida cotidiana de la gente, al trabajo de la Empresa Eléctrica hay que ponerle corazón…

-Yo soy muy sensible con los problemas de los demás, en especial, con los de la población, por lo que le dedico mucho tiempo, pues me pongo en el lugar de los clientes.

“Y a los trabajadores les exijo muchísimo, porque no me gustan los incumplimientos, pero siempre estoy pensando en sus familias, porque muchos de ellos llegan a altas horas de la noche o deben salir de sus casas en medio de la madrugada para restablecer un servicio. Otros trabajan en turnos de 12 y 24 horas y, es difícil, pero con amor y dedicación todo es posible”.

Con esa sensibilidad y el empeño de “tocar todo con las manos”, Yolaine ha estado junto a su colectivo en el apoyo a otras provincias para la recuperación por el paso de ciclones, en la electrificación de barrios, en la instalación de parques solares y en tantas tareas, que no resulta casual que la empresa haya sido seleccionada en el 2019 como la mejor del país y, recientemente, obtuviera la condición de colectivo vanguardia nacional.

“Esos resultados que tiene hoy nuestra empresa a nivel de provincia y país no son de Yolaine, sino de un equipo de trabajo que lleva años de esfuerzo para lograrlo”, asegura esta “eléctrica” de corazón, que no puede evitar emocionarse al hablar de la entidad a la que le ha dedicado más de 25 años.

“El día que nos entregaron el reconocimiento sentí que me estaba comprometiendo más con la empresa y con mis trabajadores.

“Pensé en la necesidad de que, a partir de ese momento, el trabajo nuestro fuera mejor porque es lo que espera el pueblo, y pensé también en mi mamá, pues si estuviese viva estaría muy orgullosa de su “guajirita”, aquella que llegó desde Guisa, hace cinco años, a dirigir  la Empresa provincial en Bayamo, llena de preocupaciones y expectativas.

“Por eso cuando levanté el trofeo lo hice con el corazón, porque en ese resultado estaba no solo mi esfuerzo, sino el de todos los hombres y mujeres de la Empresa Eléctrica de Granma”.