Cualquier conversación con la jabalinista Yulenmis Aguilar Martínez siempre resulta amena. Su hablar pausado, pero firme y sin titubeos, confirma lo que ha crecido no solo como atleta, sino como persona, a pesar de sus 19 años de edad.

Lógicamente, mi pretensión no era otra que conocer sobre sus conquistas de 2015 y las metas para el año que acaba de empezar.

Para nada pretende justificarse del resultado alcanzado en los Panamericanos de Toronto, en julio pasado. Aún así, el sexto lugar -con 57.87 metros- que le deparó la urbe canadiense nunca debiera calificarse como un desempeño discreto.

Apenas, con 18 años, la bayamesa intervenía en su primera cita multideportiva del continente. Sin embargo, el déficit de entrenamiento “por lesiones” y la ausencia de su entrenador Héctor Luis Duharte Favier incidieron en la ubicación final.

Pero otro escenario canadiense la vería encumbrarse. Unos días después, en Edmonton, precisamente el 2 de agosto -vísperas de su cumpleaños 19-, Aguilar entraba a la historia del atletismo universal, con récord mundial juvenil de 63.86 metros.

Transcurría la penúltima jornada del Panamericano de la categoría y desde su primer intento dejó bien claras sus pretensiones de subir a lo más alto del podio, aunque “no imaginé que fuera de esa manera”, revela.

“En los entrenamientos había logrado estabilidad sobre los 60 metros, por lo que estaba en condiciones de luchar por una medalla”, rememora la subcampeona Mundial de cadetes de 2013, en Donetsk (Ucrania).

Un segundo disparo de 63.33 m, también superior a la anterior marca –que hasta ese momento estuvo en poder de la ucraniana Vira Rebryk (63.01 m)-, confirmaba la excelente forma en que se encontraba Yulenmis, mientras ya se sentía vencedora y ganaba la atención de los asistentes al Foote Field, sede del torneo.

Por eso no duda en catalogar al 2015 como el mejor año de su aún corta carrera: “También rompí cuatro veces la plusmarca nacional y fui seleccionada la mejor atleta juvenil de Cuba, entre otros lauros. ¿Qué más podría pedir?”

Y aunque reconoce que debe ir paso a paso, se siente inconforme: “Para conseguir un resultado grande, se necesita pensar en grande, soy optimista y ambiciono muchas cosas”.

Por supuesto, enseguida afloraron sus intenciones de incluirse entre las finalistas de Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en el 2016, para la que ya aseguró su clasificación: “Me encantaría participar y realizar una buena actuación”, apunta.

Entonces, muy bien le vendría insertarse en el circuito que todos los años programa la IAAF (Asociación internacional de federaciones de atletismo, siglas en inglés). “Ojalá pueda intervenir en la próxima gira de verano, tengo posibilidades porque en los años olímpicos el mayor número de invitaciones es para los clasificados”, señala.

En los próximos días, Yulenmis debe retomar los entrenamientos, con la mira puesta en los principales compromisos. Seguro, buscará otro jabalinazo, quién sabe si más grande que el de Edmonton.