
Ante una fiel afición que no faltó a la convocatoria de abarrotar el estadio bayamés Mártires de Barbados, los Alazanes de Granma vencieron hoy 3×1 a los Cocodrilos de Matanzas para forzar el séptimo y último juego, en el match por la corona del béisbol cubano.
En un partido aplazado de la jornada anterior, por el torrencial aguacero que cayó en la capital granmense, los alumnos de Carlos Martí sabían que ripostar enseguida sería decisivo en sus intenciones de igualar el duelo a tres triunfos por bando.
Borrar la desventaja mínima con la que se habían ido al banco en la jornada anterior (0-1), también era fundamental; mientras tanto, el alto mando matancero seguía apostando a su abridor, el zurdo Dariel Góngora.
A solo unos minutos de reiniciado el choque explotaron las tribunas, con el sencillo de Osvaldo Abreu que traía desde la intermedia a David Tamayo con el empate (1-1), cuando se jugaba la conclusión del tercer inning, un incentivo para el zurdo Yunier Castillo, que instantes después se subiría a la lomita, en reemplazo de Yoel Mojena.
Góngora seguía algo desconcertado y fue extraído en el cuarto, pero dejando las bases llenas. Su sustituto, Naykel, Cruz no pudo evitar el boleto a Tamayo, y así entraba la segunda carrera de los anfitriones que, a la postre, resultó decisiva.
En lo adelante, Cruz y Castillo se enfrascaron en un duelo de relevistas, con el matancero sorteando continuas amenazas, pero un error del antesalista Jefferson Delgado permitió a los orientales agregar otra rayita en el octavo y fijar el marcador final.
Castillo, por su parte, volvía a mostrarse indescifrable para los bateadores rivales y caminó sin muchos sobresaltos, como en sus dos presentaciones anteriores de los play off, y, este martes, no fue la excepción: apenas admitió tres incogibles en seis entradas de labor.
“Estuve tranquilo, desde ayer supe que me tocaría lanzar y sabía que el juego de hoy era importante”, dijo, el zurdo medialunero, sobre su soberbia actuación que mantuvo viva las aspiraciones granmenses de titularse.
“En el juego hay que reírse, disfrutar, no importa él que no esté o él que falte; mañana saldremos a buscar el campeonato”, comentó, sonriente Abreu, el mejor bateador de los Alazanes en toda la postemporada.
Sobre los cinco toques de sacrificio de su equipo, el mentor Carlos Martí explicó que en juegos cerrados hay que tratar de adelantar los corredores, “es el nivel de nuestra pelota hoy, no hay bateadores de la clase de Despaigne, Kindelán”, precisó.
Para el último choque del campeonato, se espera un duelo de zurdos, entre Leandro Martínez y Yamichel Pérez. Ambos saldrán, por tercera ocasión en el cotejo, en busca del éxito que corone a su elenco en la edición 61 de los clásicos domésticos.
