Aunque apenas restan algunas horas para el reinicio de la batalla por la corona, los conjuntos de Matanzas y Granma llegan con motivaciones diferentes, pero con el mismo objetivo: levantar el título de campeones de la 61 Serie nacional de beisbol.
Luego de ganar los dos últimos partidos en sus predios del Victoria de Girón, los Cocodrilos arriban a la ciudad de Bayamo con la autoestima por las nubes, porque dominan el cotejo (3-2) y están a un solo paso de asaltar el trono.
Entretanto, si pretenden conseguir una remontada y, de paso, alzar su cuarto trofeo de la historia, a los Alazanes no les queda otra que pagar con la misma moneda, en su cuartel general, el estadio Mártires de Barbados.
Para lograrlo, tendrán que sobreponerse al daño psicológico por la ausencia de varias figuras en el equipo a la Semana beisbolera de Haarlem, en Holanda, el mes entrante, y recobrar el ímpetu con el que transitaron -hasta hace pocos días- por la actual postemporada.
Los alumnos de Carlos Martí disfrutarán, una vez más, del respaldo de su afición, ese décimo jugador que en ocasiones se torna decisivo en encuentros de alta tensión. En el parque bayamés son difíciles de derrotar, así lo confirman las 13 victorias al hilo, desde la final de la Serie 56 hasta el revés del sábado anterior (1×4).
A toda costa, los granmenses necesitan imponerse en el desafío de este lunes, para llevar el match al límite y conservar opciones de subir a los más alto del podio; mientras, los matanceros están conscientes de lo que representaría jugar un séptimo y último encuentro, y como visitantes.
En ese empeño, los campeones vigentes dependerán de Yoel Mojena, a quien todavía los discípulos de Armando Ferrer no han podido vencer en play off. El derecho acumula tres éxitos, dos en la final de la edición anterior y el que se anotó en el tercer choque de este compromiso, el martes pasado.
Por la lomita contraria, se subirá el zurdo Dariel Góngora, quien no pudo sostener el duelo con Mojena, hace cinco días, y salió derrotado ante su público; en una apertura para el olvido, Góngora sacó solo cinco out y permitió cuatro limpias.
Para ese encuentro, el timonel oriental ya anunció algunos cambios, a partir de la ausencia del patrullero izquierdo Pedro Almeida. De tal forma, Francisco Venecia, el único cubano en el Todos estrellas del recién finalizado Panamericano Sub 23, ocupará su puesto en el line up.
Venecia ofrece más seguridad en la defensa de los jardines, junto a Darién Palma y Alexquemer Sánchez. De todos modos, el manzanillero debe custodiar el central y Palma moverse al izquierdo, con Sánchez inamovible en el derecho.
GRANMA PUEDE ENALTECER SU HISTORIA
Aunque parezca difícil, no resulta imposible una remontada de los Alazanes que, de conseguirla, se escribiría como la tercera en finales de nuestros clásicos domésticos, pero la primera de una selección local.
Los conjuntos de Santiago de Cuba e Industriales figuran como los únicos que han revertido un 2-3 adverso, en ambos casos de visitantes, según la compilación del estadístico Yisander Rodríguez.
En la Serie 38 (año 1999), los indómitos hicieron añicos las intenciones de coronarse de la nave capitalina y en su propio feudo, el estadio Latinoamericano, al imponerse con lechadas de 1×0 y 9×0, con los astros Norge Luis Vera y Ormari Romero, en ese orden.
Once años después, en la versión 49, los Leones sometieron 8×5 y 6×5 (en extrainning) a Villa Clara, en el Augusto César Sandino, para frustrar los sueños de la tropa naranja, que dirigía Eduardo Martín.
En otras cinco ocasiones, la remontada quedó a medias; quienes aspiraban a concretarla ganaron el sexto, pero terminaron cayendo en el séptimo, como le ocurrió a Las Tunas ante Granma, en la Serie 57 y en el Julio Antonio Mella.
A la final aún le falta historia, solo queda por ver si los Cocodrilos acaban con el maleficio granmense o si los Alazanes siguen siendo sus verdugos en postemporadas; coincidentemente, los mismos protagonistas, que hace cinco meses inauguraron la justa y regresan al mismo sitio para definir el campeón.