
La Casa Blanca adoptó nuevas medidas para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace casi 60 años, con la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, contraria a los principios y propósitos de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, subrayó.
Ese acápite permite a nacionales estadounidenses demandar ante la justicia de ese país a personas y entidades, incluso de terceros países, que inviertan en el territorio cubano en propiedades nacionalizadas tras el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
Estas medidas punitivas ‘dificultan el normal comportamiento del comercio de mi país en franca violación de las normas establecidas en esta Organización, y perjudican a terceros países que desean comerciar con Cuba’, advirtió.
Pedroso recordó que en los últimos 27 años de forma consecutiva la comunidad internacional, casi por unanimidad, condenó el bloqueo de Estados Unidos y llamó a ponerle fin mediante sucesivas resoluciones de la Asamblea General de la ONU.
Pese a esta campaña contra la isla, el embajador afirmó que su nación ‘garantizará las condiciones jurídicas y honrará todos sus compromisos en materia económica con sus socios internacionales’.
Los empresarios extranjeros en Cuba tienen el respaldo de las leyes cubanas, del Derecho Internacional y de las legislaciones de sus propios países, manifestó.
El diplomático llamó a detener ‘la escalada irracional y la política de hostilidad y agresión convertida en guerra económica y comercial’ y a evitar que Washington ‘continúe pisoteando impunemente el multilateralismo y pretenda regresar a la ley de la selva’.