Cuando solo presagio en el camino lodo,
cuando entre frío y escarcha me consumo,
tú llegas solícita en un iris de humo
me besas, arrullas y me lo curas todo.
Si en aún en lontananza me nace algún secreto,
si a la sombra de mi error surge algún quejido
nunca procuro mejor refugio que tu oído
emblema de virtud, de paz y de respeto.
Si tú no estás se torna ácido el futuro
y apenas se logra atravesar el Muro
porque siempre devienes nube protectora.
Pintarte quise alguna vez y quedé mudo
no eras deidad, tampoco Sol, pero no dudo
que hasta la noche la transformes en Aurora.