
De acuerdo con el economista Can Van Luc, esa formidable espiral ha sido posible por el comportamiento de las exportaciones, el alza de la competitividad, la menor dependencia del crédito bancario, el creciente flujo de inversiones extranjeras directas (IED) y el fortalecimiento del sector privado.
Su colega, el profesor asociado Pham The Anh, hizo notar que la industria y la construcción hicieron y muy probablemente sostendrán aquellas cifras.
Lo cierto es que hoy la economía de Vietnam es la de mayor crecimiento en el sudeste de Asia. Y de acuerdo con varios organismos internacionales, la tendencia se mantendrá en los próximos años pese a las inestabilidades del comercio global.
Sus pronósticos se fundan en el crecimiento del PIB en la última década -un promedio superior al seis por ciento-, pero sobre todo en los registros de este año.
Hace unos días, el estadounidense Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, ajustó su predicción sobre la evolución de la economía vietnamita al pasarla del 6,7 al 6,9 por ciento.
Importantes entes del vecino Singapur también hicieron optimistas augurios: United Overseas lo elevó al 6,8 por ciento y Maybank Kim Eng Research al siete, mientras la consultora Capital Economics lo mantuvo en la mayor de esas cotas.
Poco antes del espectacular cierre del tercer trimestre, otras entidades concedieron sobresalientes calificaciones a la economía de Vietnam. El Banco Asiático de Desarrollo, por ejemplo, le pronosticó un crecimiento del 6,8 por ciento.
También de modo individual las calificaciones son muy altas.
Edward Lee, jefe del grupo de investigación económica en el sudeste y el sur de Asia del banco Standard Chartered Vietnam, estimó que