La autorizada voz de Greta Thumberg vibra cada vez que se comete un daño masivo  o destrucción ambiental en cualquier parte del planeta.

Ella es admirada por miles (desde que su timbre resonó en la Cumbre de acción del clima de la ONU en Nueva York) y vilipendiada por otros.

También porque padece el síndrome de Asperger, que se encuentra dentro del espectro autista; pero es destacable que más de una decena de personalidades  mundiales también lo padecen  y baste el singular ejemplo de Steven Spielberg.

El  estudio,  el talento, la aplicación el amor por la naturaleza, sus vigilias y plantones ante el parlamento de Suecia y otras locaciones, la han hecho visible y han contagiado a muchos otros activistas noveles.

Esta es una historia que no tiene un comienzo reciente; al contrario, imbuida del ejemplo de su padres  también ambientalistas, Greta pasó de la niñez a la adolescencia inspirada en el bien de la Madre Naturaleza.

En ese luminoso septiembre la chica  acusó  a los políticos de su pasividad ante el  principio de una extinción masiva “y lo único de que habláis es de dinero y de cuentos de hadas de eterno crecimiento económico”, denunció llorosa.

En aquel mismo entorno Antonio Guterres,  secretario general de las Naciones Unidas,   al   inaugurar el encuentro la apoyaba: ” Es esta una cumbre de acción. Los gobiernos han venido a mostrar cuán comprometidos están, quiénes son los líderes para invertir en un futuro verde. La emergencia climática es una carrera que vamos perdiendo, pero podemos ganar.

“La naturaleza está furiosa y nos engañamos si pensamos que podemos engañarla porque ella contraataca”.

Con el mismo sentido de urgencia participó de la inauguración de esa cumbre  el Papa Francisco: “Aunque todo va por un mal camino, tenemos una ventana de esperanza para poder actuar contra el cambio climático”, indicó en un mensaje grabado y transmitido en español.

El ejemplo de Greta fructifica entre jóvenes y viejos amantes del planeta, pero los políticos emplazados por la joven escandinava pretendieron  desestimarla,

Donald Trump  la miró  con desprecio en Nueva York, también se pronunció contra ella Jair Bolsonaro, su pretendido  “otro yo”.

Ahora, celoso tras descubrir que la adolescente  sueca fue  elegida persona del año por la revista Time el  presidente estadounidense, verdugo intelectual y material del cambio climático, ha calificado la decisión de la publicación de ridícula y ha acotado su comentario en Twitter con un rebuzno: “Ridículo. ¡Greta debe trabajar en el control de su ira y luego ir a ver una buena película antigua con un amigo! ¡Relájate Greta, relájate!”..

Su alter ego y guatacón  Jair Bolsonaro (a quien se le quemó una gran parte del Amazonas local)  ofendió a  la joven:  “A todo lo que dice una mocosa, nuestra prensa le da una relevancia enorme. Ahora está haciendo su showcito en la Conferencia de Naciones Unidas para el cambio climático”, dijo el personaje en Brasilia.

Al parecer Trump, un hombre mediático, estaba celoso de la elección de Thumberg y su eco Bolsonaro no podía quedar detrás.

La adolescente es  la combativa promotora de un gran movimiento internacional contra la crisis climática.

Según el jefe de la Casa Blanca,   de modo totalmente irónico  opinó que Greta  “parece una niña muy feliz que espera un futuro brillante y maravilloso”.

Desgraciadamente él que tiene todos los medios a su alcance no hace nada y la chica hace todo por concientizar a los decisores, ¡ironías de la vida!.