
Maritza Sánchez Escalona siembra su pedacito en el reparto Antonio Guiteras, en la ciudad de Bayamo, capital de la provincia de Granma.
Profesora de Español y Literatura, jubilada y reincorporada tras 44 años de labor en el sector educacional es un ejemplo de cuanto puede la voluntad y amor por el trabajo.
¨ Traigo un poquito en la sangre la pasión por producir; me motivé y empecé a cultivar una vez que nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y otros dirigentes de la Revolución hablaron de la necesidad de hacerlo.
¨Es un patio que no es mío, corresponde al edificio y utilizando instrumentos prestados por los vecinos, demostrando que si se puede cuando uno quiere y siente amor por lo que hace.
¨Algunas personas me decía que estaba loca, una profesora ahí con las manos y zapatos llenos de fango, sin embargo hoy todo el que pasa por allí me elogia por el trabajo realizado que prácticamente lo hecho sola.
¨Tengo sembrado en aquel pequeño patio, ensaladas de dos tipos; coseché habichuelas que midieron un metro de largo, sin materia orgánica, el suelo lo pique y removí con un tenedor y regué un poquito de semilla donada por un productor.
¨ Yo me decía, dime tú, si yo sembré un pedacito y sembrara una ó diez carreras cuanto no iba a producir. Me siento estimulada a seguir, aunque algunas personas piensen que uno no puede producir porque sea profesora.
¨Hoy la meta es producir y producir más. Tengo calabaza, yuca, boniato y melón de castilla, florecido , todavía no sé si me va dar frutos, además otras matas de anón y aguacate¨.
¨Esta es una tarea necesaria, de ayudarnos a nosotros mismos, la economía y al país. Lo primero que coseché lo compartí con los vecinos y empecé a comer yo.
¨Continuaré hasta que la salud me acompañe, a pesar de mis 73 años y padecer de diabetes e hipertensión, no hay limitación, me siento fuerte y he mejorado abstraída en ese mundo tan lindo que es el pedacito, donde se pueda hacer¨.