
No obstante los fuertes y negativos impactos en la economía nacional causados por la pandemia de Covid-19 y el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba, este 2020 próximo a finalizar, es un buen año para la Unidad Empresarial de Base (UEB) Incobay (industria y comercialización Bayamo), de la Empresa Pesquera Granma (Pescagram).
La entidad, ubicada a la salida de la Ciudad Monumento Nacional rumbo a Las Tunas, tiene el encargo de realizar el procesamiento industrial de pescado procedente de granjas de cultivo y de embalses granmenses.
RECORRIDO POR INCOBAY, EN #Bayamo
Incobay, industria procesadora de peces de agua dulce en la #ProvinciaGranma termina…Publicada por Orlando Fombellida Claro en Martes, 15 de diciembre de 2020
Las tilapias, tencas y otros peces de agua dulce que a ella llegan, son depositados en una nevera y de ahí trasladados luego a unas mesas largas en las que se les corta las cabezas, extrae la vejiga natatoria a las tencas, y evisceran; a continuación, ágiles manos las lavan, incluso con cepillos, dejándolos listos para convertirlos en minutas, tronchos, filetes, croquetas, embutidos (chorizos, perros calientes, mortadela), masa de pescado, picadillo condimentado y hamburguesas.

Incobay tiene 230 trabajadores, quienes elaboran cada año más de mil 300 toneladas de los productos antes mencionados, que representan el “95 por ciento de la producción anual de la empresa”, declara Raúl Liens Cabrera, director general de Pescagram.
Dicha industria, añade Liens Cabrera, abastece la zona de Bayamo en cuanto a las dietas médicas, la red de pescaderías, el consumo social y la gastronomía especializada; “y se encarga del ciento por ciento de la producción que la empresa exporta y vende en divisas (tenca, tilapia y vejiga natatoria).

PROTAGONISTAS
La hermosa edad de 20 años tenía Elia Rodríguez Pompa cuando traspasó por vez primera el portón de acceso a las grandes naves de Incobay, a las cuales ha vuelto, día tras día laborables, durante tres décadas.
Esos 30 años de labor “han sido buenos. Aquí hay algo importante, que la dirección está pendiente de los problemas de los trabajadores, nos crean las condiciones necesarias. Nunca me he sentido incómoda”, declara Elia Rodríguez, quien se desempeña como auxiliar de proceso de producción.

Su labor consiste, explica, en envasar en nailon y cajitas de cartón productos terminados, por ejemplo, filetes y picadillo, y al hacerlo debe “cumplir normas de procedimiento tecnológico que no se pueden violar, por lo que hay que concentrarse en el trabajo, dejar los problemas personales fuera de la industria”.
Asevera Elia que otras razones, además de la antes mencionada, de su permanencia en su centro de trabajo es vivir cerca de este, en el reparto Latinoamericano, “y los salarios, que son buenos, por lo que me iré de aquí cuando me toque jubilarme”.
Elia manifiesta sentir orgullo de laborar en una industria productora de alimentos para el pueblo, Vanguardia Nacional en más de una ocasión.
Al preguntarle cuál plato elaborado con pescado le gusta más, responde de inmediato y sonriente: -la tilapia frita, a quién no le gusta lo bueno.
LA VIDA MISMA

Enrique Moreno Ojeda tiene 46 años de edad y 28 de trabajo en Incobay. “Comencé a trabajar aquí, dice, el 2 de septiembre de 1992, como ayudante de cocina-comedor, luego pasé a almacenes y de ahí a la parte industrial”.
Ahora ocupa el puesto de manipulador de mercancía, jefe de brigada, responsabilizada, en jornadas alternas, con la recepción y depósito en nevera de materia prima, en jornadas corridas desde las 7.00 de la mañana hasta llegar el último envío de las fuentes suministradoras, que puede ser en la madrugada del día siguiente.
Para Moreno Ojeda, residente, también, en el reparto Latinoamericano, Incobay significa “la vida misma, porque mi trabajo me gusta, me ha dado la satisfacción de poder crear una familia.
“Mi papá trabajó aquí hasta su jubilación, y sigo sus pasos con orgullo. También pienso jubilarme aquí. Amo a esta industria, a este pedacito que tenemos aquí y es una satisfacción grande saber que con nuestro trabajo aportamos alimentos a la población”.
LABORATORIO DE PRIMER MUNDO
La construcción civil y montaje de los equipos de un moderno laboratorio, es la más importante inversión que se realiza en la actualidad en Incobay.
Una vez terminado y puesto en funcionamiento, en el laboratorio se realizarán análisis sensoriales, físicos químicos y microbiológicos del agua utilizada en el proceso productivo y de los productos, varios de los cuales en la actualidad son efectuados en la ciudad de Holguín.
Además de satisfacer las necesidades de Pescagran, el laboratorio podrá brindar servicios a otras entidades granmenses que elaboran alimentos y no tienen medios propios para certificar su inocuidad.

Incobay cierra con broche de oro, léase producción de los surtidos mencionados, un ciclo iniciado con la obtención de alevines de peces, “sembrados” luego en estanques de cultivo y espejos de agua existentes en Granma, que al alcanzar el tamaño y peso adecuados son capturados, más tarde procesados y convertidos, cada año, en más de mil 300 toneladas de productos.
