
Desde tiempos prehistóricos los seres humanos buscan alternativas para aumentar su propia respuesta sexual y estimular también la de su pareja, una de las más conocidas es el consumo de los afrodisíacos.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española los define como las sustancias utilizadas para incrementar el apetito sexual; cuyo calificativo proviene de Afrodita, diosa griega del amor, quien, en la mitología, era capaz de hacer que cualquier hombre se enamorara de ella solo con mirarlo.
Muchos pueblos tradicionalmente incluyen en su dieta un buen número de animales, plantas y bebidas considerados como eficaces inductores del amor y del deseo carnal. Podría decirse que casi toda comida se valora desde un punto de vista erótico.
Entre los más notorios figuran el chocolate, las ostras, los plátanos, la fresa, el café, el jengibre, los mariscos, las tortugas, el vino y la miel. Un gran número de ellos han sido clasificados como tal por su forma parecida a los genitales masculinos o femeninos.
La primera referencia a los comestibles afrodisíacos se encuentra en los papiros egipcios en el año 1700 a.C. Además, son mencionados en la Biblia y en textos antiguos de romanos, griegos, árabes e hindúes como el famoso Kama Sutra, el cual contiene diferentes recetas para aumentar el vigor en el sexo.
Son muy comentados los refinados banquetes en las fiestas de la clase patricia romana que terminaban en grandes orgías. En ellos, se degustaban platos extravagantes con fines eróticos, donde no faltaban tampoco las uvas y manzanas como símbolos del mayor placer sexual.
Pero los afrodisíacos no fueron utilizados solo para obtener más goce. Una publicación de la BBC News en el 2019 explica que, aunque estos suelen relacionarse con la lujuria, el romance y la libido, en el siglo XVII también se vinculó con la reproducción y la fertilidad, razón por la cual se le administraba a los casados como sustancia médica.
En Cuba, tenemos el ejemplo de la afamada miel de güira, jarabe que se elabora con una taza de miel, una de ron y una de pulpa de güiras pequeñas, y del cual se aconseja tomar una copita en ayuno y otra en la noche, durante veintiún días fuera del periodo menstrual y luego repetir el ciclo.
Esta preparación, reconocida popularmente como una alternativa efectiva para limpiar órganos implicados en la fertilidad femenina, tiene propiedades antisépticas, y no son pocas las mujeres que aseguran que beber la miel de güira las ayudó a quedar embarazadas.
Para el Licenciado en Alimentos Danilo Aguilar, en el país caribeño, el mango, el higo, la canela, los ostiones y el huevo de codorniz aportan cuantiosos nutrientes y minerales al organismo, posibilitando el aumento del flujo sanguíneo y la producción de hormonas que regulan los procesos del desempeño sexual.
“El medio donde se consumen los afrodisíacos igualmente influye subjetivamente en el logro del efecto deseado, de forma tal que, al combinarlos con música romántica en un ambiente íntimo a media luz, la persona se siente estimulada”, agrega el también chef de cocina internacional.
Así lo reafirman diversos psicoterapeutas, quienes concuerdan en que al ingerirlos con la convicción de que incrementará el apetito sexual, la psicología del efecto placebo provocará excitación en el individuo, pues los humanos pueden sugestionarse con mucha facilidad.
De acuerdo con la Revista Cubana de Alimentación y Nutrición, en la Isla se han identificado científicamente como afrodisíacas al menos veinte especies de plantas que crecen en diversas partes del territorio nacional.
Existen fórmulas legendarias para enardecer la pasión amorosa, las que se transmiten de generación en generación y forman parte de las costumbres culinarias del pueblo cubano.
No hubiésemos imaginado que el pollo con unas pizcas de canela, ensaladas de frutas con vainilla o el aliño preparado con la mezcla de pimienta blanca, comino, jengibre, cilantro, clavo de olor, mejorana, pimentón dulce, albahaca, canela, nuez moscada y cardamomo, son algunas de estas recetas que se ofrecen con la intención lujuriosa de elevar la capacidad amatoria de sus destinatarios.
Aunque existen diversos estudios científicos que desmienten las propiedades de algunos alimentos para intensificar el deseo o el rendimiento sexual, lo cierto es que hoy gozan de mucha popularidad en varias regiones del mundo y forman parte del menú tanto en restaurantes como en los hogares.
Fusionar comida y sexo, dos grandes placeres, permite obtener un exquisito y memorable encuentro erótico, aún mejor cuando se le agrega la magia del amor, el infalible afrodisíaco.