La maniobra, dividida en acciones del 10 al 13 y del 16 al 26 de este mes, demuestra la política hostil norteamericana y su propósito de aplastar con la fuerza a la República Popular Democrática de Corea (RPDC), señaló.
Asimismo, aseveró que se trata de un peligroso ensayo de guerra que atenta contra la seguridad de los ciudadanos y alertó sobre el posible uso de armas nucleares por la parte estadounidense y surcoreana.
En marzo y agosto de cada año se exacerban la tensión militar y el riesgo de un conflicto en la Península Coreana y la región periférica debido a la fiebre bélica de ambos, afirmó.
Además, acusó a Washington de encubrir sus intenciones agresivas y de destruir la paz y las posibilidades de diálogo.
Esta situación demuestra que fue justa la consolidación de nuestra capacidad de defensa. Trataremos a Estados Unidos con el principio de responder a la fuerza con la fuerza y a la buena fe con la buena fe, indicó.
Por otra parte, expresó su descontento con ‘la conducta traicionera de las autoridades surcoreanas’.