
“Es un orgullo inmenso, no lo esperaba, y a la vez es compromiso para hacer mejor las cosas, trataré de honrar ese reconocimiento y la memoria de un hombre que la vida puso en mi camino para enriquecer mis conocimientos, sobre todo de José Martí”.
Así responde Adonis Frómeta Guerra a nuestra interrogante del significado para él de la Distinción Víctor Montero, conferida por la Dirección provincial de Cultura a personalidades e instituciones del territorio comprometidas con el desarrollo y la vida de la nación.
El Máster en Ciencias, especialista de Segundo Grado en Medicina Interna, profesor auxiliar y director general del hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, agrega:
“Tuve la oportunidad de conocer a Víctor Montero en el ocaso de su vida, aquejado de una enfermedad oncológica, que asistí como médico, y realmente era una persona excepcional, frecuentemente se le practicaba la pleurosintecis, un proceder para extraerle líquido del pulmón con el objetivo de mejorar la mecánica ventilatoria, y era tan capaz, que mientras duraba, lo pasaba conversando de Martí, de la historia y su visión personal de esos aspecto, sin una sola queja.
“Quién me diría que 10 años después me estimularían con la Distinción que lleva su nombre y que recibo con mucha humildad”.
Esa humildad de que habla es precisamente el sello distintivo de este bayamés, que ama por sobre todas las cosas a su familia y la atención a pacientes, con talento, profesionalismo y sencillez, y sueña, desde siempre, con una sociedad en la cual prevalezcan la amistad, el afecto, la honradez y la lealtad.
COVENCIDO DE SER ÚTIL
De su infancia feliz recuerda a sus amiguitos y a él descalzo corriendo por las calles bayamesas, una educación basada en ideas revolucionarias, responsabilidad, disciplina y cariño, y el vínculo desde temprana edad con las organizaciones estudiantiles.
Aunque carecía de una línea de estudio definido en el preuniversitario, sí estaba convencido de ser útil a la sociedad, y en el número tres en el escalafón de la escuela se presentó a pruebas de ingreso para Medicina y para Ingeniería.
“Siempre fui mejor en los números que en las letras –dice- llego a la Medicina un poco por accidente, es decir, por seguir a mi novia, pasé un primer año con muy buen resultado académico, pero aquello no me llenaba. Ya más adelante conocí la Medicina Interna y al profesor Doctor Manuel Can Huerta que era para mí un paradigma, y con mucha voluntad logré ser su alumno ayudante.
“Fue el Doctor Escurdia quien terminó de formarme no solo profesionalmente, me enseñó cosas de la vida, de la perseverancia, de la lealtad, entonces supe que esa era la especialidad que quería. Culmino la carrera como Instructor no graduado de Medicina Interna y me ubican a pasar el post graduado en el Entronque de Bueycito, adonde me fui a vivir, y con trabajo gané el cariño de la gente, solventaba allí el 80 por ciento de los problemas sin tener que trasladar pacientes a Bayamo”.
No obstante crear las condiciones para la entrevista, el teléfono y la puerta de su oficina no permanecen quietos. La charla continúa mientras Adonis, quien avanza en el proyecto de investigación dedicado al cáncer de pulmón para el Doctorado, rememora otras importantes etapas de su vida profesional.
LOGROS Y RETOS
No ha sido corto ni fácil el camino del galeno todos estos años, en los que cumplió su ilusión de hacerse especialista de Primer y Segundo grados en Medicina Interna, estuvo al frente de ese servicios en el “Céspedes” con solo 27 años de edad, y asumió luego, en 2001 la vice dirección clínica del hospital sin desvincularse de la asistencia.
Sus ojos adquieren un brillo especial al referirse a las misiones internacionalistas a la República Bolivariana de Venezuela y a Ecuador, en las cuales obtuvo excepcionales evaluaciones y fue seleccionado Vanguardia, Más Destacado de la brigada, precandidato a delegado al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes y a un Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.
“Al regreso de Ecuador –afirma- me incorporo, tomo nuevamente el servicio y a petición de las instancias provinciales me proponen la dirección del hospital, sin experiencia a este nivel. Asumo con un poco de inocencia e ingenuidad en este tema administrativo, pero las necesidades me fueron obligando a aprender cada día un poquito y a seguir adelante con la voluntad de cumplir esta otra tarea. No me he sentido solo, al contar con el apoyo de la anterior y actual dirección provincial de Salud, del Partido y del Gobierno.
“No se trata de algo fácil, pero ver el asunto desde afuera, criticar y cuestionar es muy sencillo, muy cómodo, pero si eres capaz, puedes hacerlo. Para lograr un resultado, además de trabajar y entregarse, hace falta no sentirse imprescindible, hacerlo todo entre todos.
“Me tocó una etapa difícil, enfrentamos dos años la pandemia, con escaseces de medicamentos, de oxígeno, de guantes… el resultado de la institución en esa faena contra la Covid no hubiera sido posible si no se hubiese imbricado la juventud, y todos los profesores se volcaran a enseñar y a la asistencia directa. Llegamos a tener 179 camas para ello, sin afectar el servicio del centro, compactamos servicios y creamos una dirección paralela, es decir, un hospital Covid”.
Mucha senda tiene aún ante sí Adonis, quien asegura la andará con paso firme y con el mayor de los deseos de cumplir el juramento que hizo al recibirse como Médico. Seguirá con sus sueños de una sociedad mejor, pero con los pies bien puestos sobre la tierra.