
Considerado uno de los más grandes percusionistas del siglo XX fue Federico Arístides Soto Alejo, conocido como Tata Güines, nacido en el barrio Leguina del pueblo cubano de Güines, provincia de Mayabeque.
De niño lo llamaban Tata, lo que unido al nombre de su pueblo natal, surgió una leyenda de la música en Cuba y el mundo, llamado Tata Güines, quien durante los primeros años de su vida desarrolló diferentes oficios limpia botas, vendedor de periódicos, revistas y limpiador de parabrisas de autos.
Creó una particular forma de tocar las congas con los dedos y, sobre todo, con las uñas, convirtiéndose, después de Chano Pozo, en el más importante percusionista de la música cubana representada en la Rumba, el Son y el Jazz de la Isla.
Su carrera profesional se inició tocando con varios músicos y agrupaciones; inspirado e influenciado en gran medida en el gran Luciano “Chano” Pozo; tocó con Los Jóvenes del Cayo, Havana Sport, la Orquesta Sensación, la Gloria Matancera y con la Orquesta de Rafael Ortega, con quien tocaba en el cabaret Sans Souci, Guillermo Portabales, Celina González y Ramón Veloz.
En su extensa carrera realizó giras por Bulgaria, California, Chicago, Colombia, España, Finlandia, Hungría, donde participó en el Festival de Jazz; Martinica, México, Miami, Montecarlo, Panamá, Puerto Rico, Suiza, Unión Soviética,Venezuela y participó en grabaciones con Rumberos del Irazú,
Entre los premios y reconocimientos que recibió, se destacan la medalla Alejo Carpentier en el año 2002 la Orden Félix Varela 2004 y el Premio nacional de Música 2006.
Sus obras más reconocidas son Auxilio, Fanfarrón, Mami, Dame el mantecado, No metas la mano en la candela y Perico no llores más.
El enorme talento del más grande percusionista de Cuba, le permitió trasegar por el maravilloso mundo de la música durante cinco décadas, sin dejar de mencionar que desde niño tenía la música en la sangre; desarrolló un estilo único en innovador y una particular forma de tocar la percusión, en especial la tumbadora.
Federico Arístides Soto Alejo,Tata Güines, falleció el 4 de febrero de 2008 en Güines, La Habana, dejando a su paso un aval imprescindible para la percusión cubana.