La suerte de la pelota

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Por Osviel Castro Medel | 27 febrero, 2022 |
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FOTO/ Luis Carlos Palacios Leyva

Quien crea que el deporte no está vinculado con la suerte puede detenerse a mirar este dato: el derecho de los Alazanes de Granma César García Rondón ha tenido seis buenas aperturas en la 61 Serie Nacional de Béisbol y apenas ha conseguido una victoria.

En el staff de los actuales campeones nacionales es uno de los que presentan mejores números pues le batean 274, su Whip es de 1,36 y su promedio de carreras limpias  (PCL) es de 2,95 (puntero entre los abridores). Sin embargo, César carga con dos derrotas; quiere decir que solo ha salido exitoso en el 33,3 por ciento de sus decisiones.

Muchos recordarán el impecable partido que lanzó frente a los Piratas de la Isla de la Juventud, que perdió una carrera por cero, en el estadio Cristóbal Labra, después de haber soportado solo cinco hits y una anotación durante seis entradas.

Más fresco en la memoria está el primer duelo ante Camagüey, el pasado martes, en el que el campechuelense dejó el juego con ventaja 5-3, también después de seis capítulos de actuación y, sin embargo, no consiguió el triunfo pues el choque se igualó a cinco y a la postre la victoria se la agenció Kelbis Rodríguez.

Por cierto, este atleta tiene balance de dos éxitos y un fracaso (promedio de 667) además de adjudicarse dos salvamentos. Le batean para 316, su PCL es de 4,74 y su whip de 1,47. Sin demeritar su aporte a los Alazanes, resulta fácil notar que ha sido ayudado por una buena estrella, todo lo contrario de lo acontecido con César.

Pongamos otro ejemplo de nuestros monticulistas, Juan Danilo Pérez, está invicto en cinco series nacionales anteriores, con nueve éxitos en igual cantidad de decisiones, además de tener un salvamento. Sin embargo, su PCL es de 5,37, el Whip de 1,78 y le batean 303.  ¿Cómo, con esos números no archiva ni una sola derrota? Solo el Destino sabe.

Esa suerte, claro está, se nota más con los lanzadores, aunque no es menos cierto que un bateador de bajos números puede decidir un juego o hasta un campeonato –y convertirse en héroe- después de darle mal a la bola. También sucede que alguien seguro a la defensa comete un error, que al final influye más en el resultado que las pifias de otro jugador menos hábil en el campo.

Este domingo César García escalará de nuevo el montículo frente a Mayabeque. Los Alazanes están bateando poco en los últimos partidos. ¿Tampoco le sonreirá la suerte al diestro de Granma? Veremos.

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