La primera vez que Javier se enfrentó a un libro sin imágenes, su rechazo fue total. No entendía qué podía tener de interesante un libro sin dibujos que graficaran la historia. Para él, eran textos sin gracia y vida que solo los adultos debían leer.
En cierta ocasión, su mascota enfermó y, animado por el interés de salvarla, recurrió a aquellos textos que antes había despreciado para informarse. Su conocimiento aumentaba con cada palabra que leía, y su rechazo se fue disipando sin apenas notarlo. Había comprendido que el valor de la lectura no estaba en las formas, sino en el contenido.
Esta historia nos acerca a uno de los grandes desafíos que enfrentan los niños durante su infancia: la lectura de libros sin imágenes.
Olvidan, que más allá de la presentación, la lectura es imprescindible para descubrir el mundo, reflexionar, aprender, desarrollar la imaginación y nuestra creatividad.
Hoy el universo multimedia nos permite acceder a la lectura desde diferentes formatos, sin embargo, debemos dejar claro desde la primera infancia que la lectura es oral, visual, electrónica, impresa y en vivo, y que leer no es solo el cuento o el libro del colegio, leer es parte de la vida.
Los libros son más que simples páginas cubiertas de letras. Son historia, sabiduría e inspiran por su contenido. Desde la niñez debemos crear conciencia sobre la importancia de leer textos, ya sean educativos o clásicos.
Durante los tiempos de confinamiento en el hogar, a causa de la pandemia, el acceso a esta fuente de lectura incrementó el número de aficionados por las bondades de alcanzarlos con solo un clic.
Las familias y los educadores, desempeñan un rol trascendental en el desarrollo del interés de los niños hacia la lectura a partir de los ambientes que generan en el hogar.
No podemos olvidar que es un medio para comunicar ideas, aprender y descubrir el universo. En ese propósito mucho contribuyen los volúmenes si se ha sabido fomentar la pasión por leer y en el que no siempre se explotan todas las iniciativas.
Diversas son las opciones para hacer desde la escuela más amena la lectura: incursionar en dramatizados, juegos con series de imágenes, cambiar el orden del libro, agregarles nuevos finales, nuevas visiones y maneras de ver a los personajes y su alrededor.
La lectura es un juego hacia el descubrimiento, solo hay que disponerse a jugar, y eso, se logra leyendo.