
La Habana, – La comunicación social es imprescindible en el contexto actual y en la confianza del pueblo en sus dirigentes y su Revolución, expresó hoy, en esta capital, Manuel Marrero Cruz, primer ministro de la República, durante el balance de trabajo de la radio y la televisión correspondiente a 2021.
Marrero Cruz señaló que el país está inmerso en una guerra cultural que busca el descrédito del gobierno cubano, el enemigo es especialista en crear matrices de opinión y en hacer pasar mentiras por verdades y la comunicación social de Cuba debe prepararse para ello, acotó.
En ese sentido, mencionó lo que sucede actualmente con el proyecto de ley del Código de las Familias, sobre el cual se tejen numerosas manipulaciones que limitan las características novedosas de esa normativa jurídica.
Dijo que es una batalla comunicacional que hay que ganar, y enfatizó en la necesidad de implementar el Instituto de Información y Comunicación Social que, mediante el Decreto-Ley 41, extingue al actual Instituto Cubano de Radio y Televisión.
El Primer Ministro precisó que la nueva denominación de ese Organismo de la Administración Central del Estado llevará la tutela en todo lo referente a la Política de la Comunicación Social del Estado y el Gobierno, lo cual incluye su control y regulación.
Adelantó que el surgimiento de ese Instituto será el primer paso hacia la aspiración de constituir un Ministerio de Información y Comunicación Social en el país.
Marrero Cruz insistió en la creación y proyección de contenidos en correspondencia con las demandas actuales de los públicos, siempre que se aprovechen las potencialidades que la radio y la televisión tienen para informar y entretener.
Subrayó la posibilidad de estrechar las alianzas con las universidades, de apoyar a los jóvenes creadores para que desde la ciencia, las tecnologías y la innovación puedan diseñar productos de calidad a corto y mediano plazos.
Resaltó la importancia de generar mayores ingresos a partir de la comercialización de los contenidos que se puedan elaborar mediante la contratación de servicios privados y otras formas de gestión económica que aligeren la carga presupuestaria del Estado.
El Primer Ministro de la República reconoció el trabajo de los medios en los momentos más tensos de la COVID-19 al no renunciar a su papel de servidores públicos en función de la verdad.