
Aire cálido y dulzón se respira en estos días dentro del central Enidio Díaz Machado, de Ceiba Hueca, en Campechuela, provincia de Granma, por encontrarse activo en la fabricación de azúcar.
En las diferentes áreas, sus trabajadores hacen caso omiso de la elevada temperatura y el olor a melaza, preocupándose solo por el funcionamiento de los equipos, bastante añosos.
Al basculador llegan camiones cargados de troceadas cañas, que una vez descargadas inician un largo proceso para convertir el jugo en ellas contenido en dulces, pequeños y ambarinos cristales.
El Enidio Díaz, ingenio insigne de Granma y entre los mejores del país en años recientes, inició la presente campaña de molida el 8 de diciembre último, en la que procesa materia prima procedente de campos de Campechuela y de Niquero, pues el Roberto Ramírez, del último municipio mencionado, no fue activado en esta contienda 2021-2022.
Directivos y obreros del Enidio Díaz aseguran que están haciendo esta zafra “a puro corazón”, o sea, con grandes esfuerzos, por no haber dispuesto de los recursos requeridos para llevar a cabo necesarias reparaciones, por cuanto la entidad dispone de fondos destinados a su adquisición, pero no los hay en mercados a los que puede acceder.
CALDERA EN CANDELA
En la presente campaña, la caldera es el principal dolor de cabeza para el personal de la fábrica de azúcar campechuelense, no por la elevada temperatura generada, sino “porque ha presentado muchos problemas a los que se le da solución temporal”, dice Ángel Tamayo Acuña, uno de sus operadores.
Añade Tamayo Acuña que conscientes de la difícil situación económica en la que se encuentra Cuba, debido al bloqueo de Estados Unidos y la pandemia de Covid-19, él y sus compañeros “seguimos trabajando con lo poquito que tenemos y haciendo azúcar”.
El ingeniero mecanizador Liusbel Fonseca Piñeiro, director general de la empresa agroindustrial azucarera Enidio Díaz Machado, añade que, independientemente de que en la de fabricación se han presentado dificultades, las áreas críticas esta zafra en el central, han sido la de caldera y la de recepción de caña, esta última por el mal estado de la grúa que alimenta el bascular.
Llover, añade Liusbel, durante los meses recientes en los campos cañeros de Niquero, lo cual influye de manera negativa en el rendimiento de la gramínea, más las paradas del central por roturas y otras causas, determina que la cantidad de azúcar en él producida en la parte transcurrida de esta campaña, sea inferior a la planificada.
Asevera el directivo que la actual no será la mejor de las zafras del Enidio Díaz, pero sí la más larga, porque molerá cuanto más caña y tiempo le sea posible, pues presenta estabilidad en cuanto a funcionamiento “y ahora producimos sin mucho susto”.