
Laura AlarcónEspinosa, joven campesina que reside en la comunidad de Guamo Viejo, en Río Cauto, destacó la importancia de la actividad de capacitación recibida como parte del proyecto internacional, denominado Conservación de la Biodiversidad y Manejo Agrícola Sostenible( Cobimas) que busca contribuir al rescate y conservación de la cabra criolla.
Apuntó que desde muy pequeña le gustó atender a los animales y ahora a sus 22 años la colaboración le da la oportunidad para desarrollar la práctica por la crianza animal.
Ella pertenece a la cooperativa de créditos y servicios Terenso Cambar y cuenta con 22 hembras, cuatro machos y un semental de la raza autóctona cubana y la apoyan el padre y el esposo en el ordeño, entre otras labores.
Unos 100 productores del municipio granmense participan en salvar esta especie, incluida en la categoría de extinción por el reducido número de ejemplares, de ahí que Cobimas avanza en su implementación con el financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente de Naciones Unidas, el Grupo empresarial para la protección de la Flora y la Fauna y el Ministerio de la Agricultura.
William Fernández Jiménez, especialista en comunicación en la Empresa nacional de Flora y Fauna, informó que se trabaja en la introducción de tecnologías modernas y amigables con el medioambiente, la entrega de recursos, capacitación sobre técnicas de inseminación artificial, uso de abonos verdes y mejores sistemas de crianza.
Fernández Jiménez indicó que figuran entre otros objetivos, la incorporación de más mujeres y jóvenes y la interacción con el Gobierno municipal para la futura concreción de una minindustria y un proyecto de desarrollo local.
Mientras, el ingeniero José Manuel Corona Galindo, coordinador del programa en el territorio, dijo que su ejecución está a un 30 por ciento, atrasos derivados de la pandemia de la COVID-19 y dificultades internas; ahora se prioriza la selección de los animales.
Señaló que al cierre de marzo último existían en el municipio 19 mil 723 ejemplares caprinos, entre los cuales están escogiendo aquellos de mayor parentesco fenotípico con la especie criolla.
Explicó que antes de concluir el primer semestre del año está prevista la creación de las naves destinadas a reproducción y ordeño, los separadores para sementales y las hembras próximas a parto, áreas de pastoreo y otras infraestructuras necesarias.
Corono Galindo subrayó que unido a los beneficios en materia de los conocimientos, desde 2017 el proyecto los ha favorecido con la entrada de recursos como medios informáticos y de transporte, equipos de clima y kits de inseminación artificial.
Enfatizó que todo lo que se está realizado es en función de garantizar soberanía alimentaria y educación nutricional, lo cual repercutirá en el desarrollo y beneficio económico de cooperativistas y la población.
Al decir de Lisbani Interian Álvarez, máster en reproducción del Centro de Investigaciones para el Mejoramiento Animal de la Ganadería Tropical, se trata de conservar el fondo genético autóctono de la cabra criolla con el propósito de fomentar alimentos con valor agregado como por ejemplo la elaboración del queso.
Y añadió, lo cual justifica su rescate, no obstante ser las producciones de leche y carne más bajas que las de razas especializadas como Saanen, Alpina, Boer, Nubia.