
José Manuel Carbonell Alard nació el 28 de abril de 1922 en Manzanillo, desde niño residió en Bayamo hasta fallecer el 8 de septiembre de 2011, a los 88 años de edad , dejando una estela de respeto y comprometimiento social frente a las dictaduras de turno.
Después del Golpe de Estado de Batista, el 10 de marzo de 1952, se incorporó al Movimiento 26 de Julio donde realizó distintas acciones: acopio y traslado de armas, atención y protección a heridos, participó en la instalación de la primera radio clandestina “La voz de la Sierra Maestra” ,desde la Ciudad de los coches.
En 1959 fungió como Primer tesorero del ayuntamiento de Bayamo, posteriormente ocupó otros cargos como dirigente, hasta que en 1967, se le asignó la dirección del Archivo Histórico Provincial, hasta su jubilación ,veinte años después con destacada labor patrimonial, cultural e histórica, incluida su proyección como periodista, promotor, historiador y escritor de mérito.
Se le atribuye el cambió de nombres en reconocidas calles bayamesas, de lugares históricos y la idea de señalizar y ofrecer relevancia histórica a la Ventana de Luz Vázquez, textos de numerosas tarjas representativas, la rotonda del Nuevo Bayamo y la estatua de José Martí, realizada por el escultor José Delarra.
Sus primeros trabajos periodísticos se publicaron en 1946, en el periódico Prensa Libre, relacionados con la reconstrucción y conservación de Bayamo, la mayor obsesión de su vida.
En 1982 publicó el libro Estampas de Bayamo, obligada consulta para los amantes de la historia y tradiciones culturales de la capital granmense , mientras la Editora Pablo de la Torriente Brau lo hizo con el volumen Bienvenidos a Bayamo.
Escribió su conocida sección Con el Polvo del Archivo, primero en el tabloide Combatientes del Cauto y luego en el Periódico La Demajagua, colaboró con las revistas Bohemia, y Verde Olivo, en los periódicos Juventud Rebelde y Sierra Maestra, de Santiago de Cuba, cuidad de la trajo a Bayamo los restos de la poetisa María Luisa Milanés.
Carbonell Alard integró las filas de la UPEC, de la UNEAC y de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.