Foto Cortesía de la entrevistadaSe desempeñaba como secretaria en la Policlínica municipal de Niquero, tenía 16 años de edad y como tradición familiar, desde el amanecer hasta que anochecía, escuchaban en casa a Radio Rebelde, Progreso y Portada de la Libertad:

“Conocí, por mi madre, de un curso para locutores, auspiciado por la emisora niquereña, decidí presentarme, cuando mi hermano, Julio César Vega Calá, fue tajante:

-¿Cómo te vas a presentar a una entidad que dirijo?¿Imaginas qué pensarán los demás?

“Comprendí su posición, pero fui, recibí clases de los profesionales Matos Alvarado y Reynel Ávila, pasados seis meses, el primero de ellos me dijo:

-¿Te sientes preparada para asumir el programa Disco Juventud?

– Estoy insegura -respondí.

– La radio no admite inseguridades, ni miedo -contestó-Tienes un breve tiempo para pensarlo.

“Conversé con mi madre lo sucedido y me aconsejó:

-¡Avanza!, que de los cobardes no se escribe nada.

“Esa tarde permanecí tres horas consecutivas frente a los micrófonos, imaginaba que los oyentes escuchaban los fuertes latidos de mi corazón, al despedir el espacio por poco me desmayo.

“Quedé fija en ese programa dominical, alternando mi labor con la Policlínica.

“Por cuestiones de la vida, se extinguieron las voces femeninas de la emisora y mi hermano, al frente de la planta radiofónica, llegó hasta mi centro laboral con una misión imprevista:

‘¿Te vas conmigo a desarrollar tu carrera como locutora?’

“Pensé en compartir los espacios, finalmente me decidí por la radio y hace 23 años estoy enamorada del medio donde cada día experimento algo maravilloso y diferente, que me prepara profesionalmente y como madre”.

EL ESTÍMULO

“Acabo de recibir la distinción Nueva generación, conferida por la Radio cubana, compromiso que me obliga a superarme y a mantener la fidelidad con mis oyentes.

“Ostento varios premios en festivales de la radio a todos los niveles, algunos como Mejor locución femenina y durante los años de 1995, 96 y 97, la más destacada de la especialidad en Granma”.

La señal lumínica de la cabina indica que el noticiero está En el aire, Ofelia Elizabeth se acomoda frente al micrófono, a su lado el hermano y también locutor, Julio, aquel director que en su momento comprendió que la radio es un medio único, para personas únicas.