El duelo final

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Por Leonardo Leyva Paneque | 2 julio, 2022 |
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FOTOS Luis Carlos Palacios Leyva

Luego de transitar sin muchos contratiempos el calendario regular, comenzaba para los Alazanes -y para el resto de los clasificados- la etapa decisiva del campeonato. No podían permitirse el más mínimo error, porque estaba en juego el trono.

Como en la edición anterior, estrenaron los cuartos de final ante Industriales, tope que muchos presagiaron peleado de principio a fin, como sucedió. Sin embargo, solo necesitaron cinco encuentros para deshacerse de los Leones y continuar en defensa del título.

Fue el duelo de las remontadas, al asegurar tres de los cuatro éxitos en las postrimerías, en gran medida, por la resolución de nunca darse por vencidos y por la eficiente faena del pitcheo abridor, que lanzaba una contundente señal a sus próximos rivales.

Ante los Tigres de Ciego de Ávila la tarea tampoco resultó fácil, aunque sí menos exigente. Después de ganar los dos partidos iniciales en casa, como lo habían hecho frente a los capitalinos, dominaron a placer en tierras avileñas, para completar una impensada pollona e instalarse en la gran final.

La última batalla prometía, no solo porque se trataba de la porfía por llegar al trono, volvían a medirse con unos Cocodrilos de Matanzas, que parecían dispuestos a tomar revancha.

Por diversas causas, eran dos equipos disminuidos, aunque sobre el terreno lucían inmensos. Evidencias hay por arrobas en uno y otro bando, con Yadil Mujica, Erisbel Arruebaruena, Carlos Benítez, Yulián Milán…, entregados en cuerpo y alma a la camiseta, a pesar de sus dolencias.

Sin embargo, el anuncio de ausencias inesperadas en la nómina granmense, con vistas a la Semana beisbolera de Haarlem, puso en peligro la calidad del espectáculo, como también la errada decisión de enviar a la tropa de Carlos Martí a realizar los trámites de visado, en La Habana, en medio del duelo.

Desmotivados, como aseguró el timonel en una conferencia prensa, los Alazanes asumieron los partidos dos y tres, en el Victoria de Girón, y regresaron a sus predios en desventaja (2-3).

Aquí, en su cuartel general y aupados por una afición fiel e incondicional, cambiaron la historia. Al parecer, habían vencido ese bache psicológico, porque se mostraron superiores en la conclusión del compromiso.

Con sendas faenas monticulares de los zurdos Yunier Castillo y Leandro Martínez y el ímpetu guerrero de Osvaldo Abreu (MVP), dieron la estocada final a unos matanceros que vendieron cara su derrota.

Así los Alazanes se confirmaban como verdugos de los Cocodrilos en play off, al eliminarlos por cuarta ocasión, la segunda consecutiva en un duelo por el título, para redondear balance de 16 victorias y nueve derrotas.

La coronación de los Alazanes, este 29 de junio, habrá que recordarla porque se conquistó en medio de circunstancias muy difíciles. Por eso, el reconocimiento para sus jugadores, los protagonistas principales, y para la afición, que también fue partícipe de la victoria.

Leandro Martínez se anotó el triunfo que selló el cuarto título de Granma en series nacionales

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