
Entre los méritos indiscutibles alcanzados por el Consejo Nacional de la Uneac, celebrado ayer en el Palacio de Convenciones de La Habana, estuvo, tal como expresara en su intervención Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, el haber sostenido un debate en torno a los desafíos de la organización, frente a la ola colonizadora que pugna por invadir todos los espacios culturales, usando para ello los canales más sofisticados y diversos.
Al conocer las discusiones y propuestas emanadas de la sesión de trabajo, el mandatario avaló que el IX Congreso de la Uneac no concluyó con sus sesiones en junio de 2019, lo cual ha podido comprobar desde las permanentes reuniones que preside para dar seguimiento a los acuerdos.
Entre las proezas emprendidas por los escritores y artistas destacó el empuje decisivo «para reparar y recomponer los ánimos de una sociedad golpeada por dos pandemias: la COVID y el bloqueo recrudecido». Refirió, entre otros elementos, el visible aliento de la producción audiovisual dramatizada, la televisión, el cine y el teatro, los cuales «han confirmado cuánto pueden calar las obras propias y qué hermosos sentimientos despiertan en el alma sensible de las cubanas y cubanos». Entre las propuestas, citó Lucha contra bandidos, Duaba, Entrega, Calendario, Oficio de Isla, Luz, El Mayor e Inocencia, como obras descollantes de la realización cubana, que prueban que, con los peores ataques y las mayores carencias, con la cultura como espada y escudo de la nación, Cuba vive y promueve los mejores valores humanos.
En un aparte, significó que el problema de atención integral a los barrios es a la vez un proceso de creación cultural en la forma de convivir y de socializar, que se fortalece en el rescate de esencias y tradiciones, y subrayó que «no se trata de invadir el barrio ni de intervenirlo», sino de «acompañar el crecimiento sin traumas y sin trampas», con cuyo mejo- ramiento han contribuido significativamente los artistas.
El Presidente reconoció a la Uneac, «primera en días tan difíciles como los actuales», y refirió que estos años desafiantes quedarán en la memoria popular, no solo por la suprema creación de los científicos, sino por el alcance de la creación artística.
Distinguió la gesta emprendida en «su militancia con la vida no al lado, sino dentro del pueblo», lo cual ha puesto a la cultura cubana bajo el fuego de la guerra mediática que se esgrime contra el país, en tanto el enemigo es consciente del impacto directo de los creadores y artistas en el tejido espiritual de la nación.
Encomió la serenidad, el valor y la profesionalidad con que los más valiosos intelectuales y artistas han respondido al acoso y a la agresión en los diversos escenarios, donde han sido atacados «con la misma saña con que se persiguen la economía y las finanzas del país».
Cada encuentro con intelectuales y artistas alimenta nuestros sentidos y nos llena de entusiasmo para emprender nuevos proyectos, afirmó. «Cada vez nos sentimos más parte de ustedes, seguros siempre de que el presente y el futuro tienen que ser socialistas. El socialismo nos salvó ante la pandemia, el socialismo venció al intento de golpe vandálico, y lo que realmente nosotros vamos a festejar, como un primer aniversario el 11 de julio, es que el pueblo cubano y la Revolución Cubana desmontaron un golpe de Estado vandálico. Estoy convencido de que, defendiendo el socialismo, superaremos la dura situación actual y venceremos a los imperialistas. Que un son enérgico nos amanezca siempre entre las venas. En fin, aquí estamos, concluyó.