Más allá de lo carnal

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Por Melitza Vargas | 12 julio, 2022 |
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El sexo tántrico, que para algunos es quizás desconocido, funge como una alternativa para explorar la sexualidad desde una perspectiva diferente.

Con él, las personas establecen una conexión emocional en diversos niveles con su pareja; y la comunicación entre ambas partes llega a ser muy profunda, factores claves para el éxito de las relaciones amorosas.

Ese sistema de creencias es una práctica milenaria que compone solo una parte del Tantra, filosofía de la India conocida también como el culto a lo femenino, y cuyo cometido es incrementar la experiencia sexual.

Alude especialmente a las peculiaridades de las mujeres, haciendo énfasis en la ternura, la escucha, la suavidad, la sensibilidad y el exclusivo cuidado que requieren sus ciclos y tiempos durante la práctica erótica.

Pero, en la experimentación del sexo tántrico se intenta profundizar en las polaridades energéticas femeninas y masculinas en el cuerpo de cada sujeto, independientemente de su sexo o género.

La habilidad va mucho más allá de las relaciones sexuales tradicionales. Establece una unión entre dos individuos donde la relación sexual es utilizada como forma de meditación; es decir, un espacio para conocer las interioridades de la pareja, fusionarse y elevar el goce.

De tal modo, las energías del individuo se guían hasta alcanzar el éxtasis en un proceso que no solo presta atención a los genitales, sino a todas las partes del cuerpo, sobre todo el corazón y las denominadas cuatro llaves tántricas, que son: respiración, sonido, presencia y movimiento espontáneo.

Esa destreza requiere la expansión de la conciencia toda, la sabiduría alcanzada con las experiencias vividas y el conocimiento obtenido en el encuentro con la otra persona.

Además, para ello se acoge una mentalidad no enjuiciadora que permite al individuo conectar con su ser y el de su pareja; así como estar en sintonía con los deseos y necesidades del otro.

Mas, al igual que en cualquier actividad sexual, si alguno de los participantes se siente incómodo, debería detenerse el ejercicio.

Quienes aplican los preceptos del Tantra a su vida sexual, consideran que ese sistema de creencias les permite existir con una mayor libertad, desarrollar los sentidos y perfeccionar la manera de amar a los demás.

El sexo tántrico es una opción a la que se puede acudir para que la experiencia erótica sea más placentera; ya que el propósito no es el mero hecho de llegar al orgasmo, más bien disfrutar las sensaciones del cuerpo y la cercanía y complicidad con su semejante.

Aquel que decida realizarlo necesita instruirse ampliamente sobre el tema, y ejecutarlo con disciplina para obtener los beneficios esperados.

 

 

 

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