Que el alcohol no entristezca el verano

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Por Yelandi Milanés Guardia | 17 julio, 2022 |
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FOTO tomada del sitio Navarra.com

Ya soplan los aires festivos de la etapa veraniega, y con ellos el deseo cumplido de celebrar y darle alegría al cuerpo, después de alrededor de dos años, privados del tradicional esparcimiento que hacemos en los meses de julio y agosto.

Por fortuna, las bajas cifras de contagiados de la  Covid-19 nos permiten volver a pensar en playas, campismos, piscinas, parques de diversión, visita a sitios históricos y de interés recreativo, y otras opciones que hacen de estos meses un período muy esperado y disfrutado a plenitud por la mayoría de los cubanos.

No obstante, el ambiente de esparcimiento que se vive en la etapa estival, en varias ocasiones, es ensombrecido por un elemento muy nocivo para el ser humano, y es la aparición de bebidas alcohólicas en disímiles lugares y festejos, que algunos utilizan para sentirse más alegres, pero el abuso de la misma, todos sabemos trae consecuencias nefastas.

Para nadie es desconocido que lo que comienza animado por el alcohol, si algunos toman desmedidamente, pueden cambiar su comportamiento y terminar generando una riña.

Y hay otros casos en los cuales los ebrios se disponen a manejar un medio de transporte, en el cual -disminuida la coordinación y el estado de alerta- quieren correr al estilo del filme Rápido y Furioso, y sabemos cuál ha sido el triste final de la película real.

En otras ocasiones, hay personas que envalentonadas por los tragos de más, se lanzan a ríos, playas o piscinas -sin siquiera saber nadar- y terminan lamentablemente ahogados.

Si a esto sumamos que las bebidas alcohólicas pueden generar comportamientos inadecuados, estados de ánimo inestables, alteración de la capacidad de juicio, problemas de atención o memoria. Y entre lo más preocupante está la posibilidad de provocar algún fallo en el organismo humano, y que el alcoholizado padezca una hipoglicemia, una mala asimilación de los alimentos, termine en un estado de coma o resulte víctima de la muerte.

El objetivo de los ejemplos antes expuestos es llamar la atención sobre el efecto perjudicial de perder el control a la hora de beber, de modo que las actividades que realicemos en el verano comiencen bien, y terminen de igual modo.

Con este comentario no adopto una posición en contra de las bebidas alcohólicas, porque en los momentos festivos un traguito anima hasta al menos motivado del grupo, pero como todo en la vida, los excesos son perjudiciales.

En los días venideros habrá múltiples momentos que servirán de pretexto para empinar el codo, como decimos jocosamente los cubanos. Sin embargo, la cuestión está en no excedernos, de manera que la presencia del alcohol, el cual genera situaciones lamentables, no entristezca la ansiada y gratamente recibida, llegada de los meses de más intenso calor.

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