Del dicho al hecho: ciencia y voluntad (+ fotos)

Confieren a la finca La Victoria, del productor Jorge Arcia Suárez, de Guisa, la categoría de iniciada en el manejo sostenible de tierras, única en Granma.
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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 21 julio, 2022 |
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Jorge Arcia Suárez/FOTO. Anaisis Hidalgo Rodríguez

Dudo que exista mucho de contacto entre el famoso escritor español Federico García Lorca y el campesino Jorge Arcia Suárez: el primero, letrado hasta la médula y con una copiosa producción literaria que le catapultara a la universalidad; el segundo, un cubano común, nacido entre montañas; de esos que respiran bocanadas de aire fresco degustando un buche de café mientras galopa con la vista el lomerío para saborear ese sinfín de tonos verdes que abanican frescor y vida. El verde: esta es su mayor coincidencia.

Esta devoción por perpetuar el verde de las plantas ornamentales y los cultivos varios inspiró al productor Jorge Arcia Suárez a desafiar la erosión del suelo y la pendiente, para lustrar los plantíos con sus mejores frutos.

Tal empeño, resultante de la aplicación de buenas prácticas, mereció este año a la finca La Victoria, enmarcada en Los Pajales de Guisa, la Categoría de iniciada en el manejo sostenible de tierras por el Programa de Asociación de País (CCP -OP15), de la Agencia de Medio Ambiente de Cuba.

Este sitio demostrativo a nivel nacional, desafió las probabilidades, y a base de ciencia, promovió el desarrollo de cultivos varios, frutales y forestales en un suelo erosionado, poco fértil, con piedras y gravas que condicionaban su degradación y poca productividad.

Entre las buenas prácticas sobresale la creación de barreras muertas de piedra, efectivas en curvas de nivel y terrenos con inclinación para frenar la velocidad del agua y retener el suelo, protegiéndolo de la erosión.

“Aplico enmiendas orgánicas con estiércol vacuno y llevo a cabo el manejo integrado de plagas con plantas repelentes de insectos y trampas de colores; también empleo tabaquina (un método artesanal para controlar a los insectos y virus que atacan las cosechas) y bioplaguicidas provenientes del árbol del nim”, refiere Arcia Suárez.

Realiza, además, asociaciones entre sembrados de maíz y frijol. “El primero sirve como repelente de plagas, y aunque es un extractor del suelo lo compenso con el frijol, que me aporta los nitrógenos que el maíz sustrae.

“Los residuales de los animales son procesados mediante un biogás que favorece la cocción de alimentos en el hogar y el ahorro de energía eléctrica”, refiere el productor.

Compost a partir de materia orgánica y desechos de cosecha, fertilizan el suelo y le aportan nutrientes sin necesidad de aplicar productos químicos.

LA VICTORIA ENTRE LAS CINCO MIL HECTÁREAS

Unas cinco mil hectáreas a nivel de país tienen conferida alguna categoría en el manejo sostenible de tierra, establecida en 2016 por la Resolución 6 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), y la cual abarca además las fases de avanzada y manejo sostenible.

Yulaidis Aguilar Pantoja, coordinadora técnica del (OP-15) y del proyecto 2, refiere que como resultante de este reconocimiento la finca cuenta con un expediente que describe su infraestructura y los recursos naturales y  socioeconómicos; por otro lado a partir de las limitaciones que posee se establece un plan de manejo encaminado a dar respuesta a esas medidas y a la contención de procesos de degradación existentes en el área.

“Una finca en la categoría de iniciada significa que ha establecido el 50 por ciento de las medidas del plan de manejo, pero además, es una finca en la que no hay quema, tala, ni contaminación al acuífero; diversifica sus producciones y establece medidas para la conservación y el manejo sostenible de suelos.

Como parte del Programa OP-15, los productores de estas fincas en una que otra categoría (iniciada, avanzada y manejo sostenible) tienen la oportunidad de acceder a los incentivos económicos implementados desde el Ministerio de la Agricultura, la banca cubana Bandec y la Empresa de Seguros Nacionales.

A nivel nacional, se reconocieron este año diez fincas en la categoría de iniciadas, que se suman a las nueve existentes, y una en la de manejo sostenible de tierras, una experiencia con efectos directos en los rendimientos de los cultivos.

Este año Jorge Arcia cosechó 1,2 toneladas por hectárea de variedades de frijol sembradas conjuntamente con el Instituto de Investigaciones Jorge Dimitrov; otras 14 líneas de frijol están sembradas fuera de época, próximas a su cosecha y con muy buena pinta, sin el asedio de plagas y enfermedades gracias al uso de barreras vivas como el vetiver;  el último maíz que sembró  le dio 3,6 toneladas por hectáreas.

Su imbricación en el Proyecto de Innovación Agropecuaria Local le ha valido capacitación en muchas áreas del conocimiento y la obtención de una juguera para prestar servicio a la población de forma permanente;  la Asociación Nacional de Técnicos Agropecuarios y Forestales le benefició con instrumentos para la Agricultura, sistemas de riego y  biodigestor; mientras, el Departamento provincial de Suelos, le proveyó financiamiento para la conservación de este vital recurso.

Desde hace varios años esta finca escuela capacita a técnicos agrónomos y alumnos de la Universidad de Granma que ejecutan sus tesis en estos predios.

FOTO Anaisis Hidalgo Rodríguez

Arcia Suárez tiene bien claro su norte: Hacer de las buenas prácticas de conservación del suelo una constante, mantener el trabajo con las barreras muertas, vivas y no descuidar ningún detalle que pueda poner en riesgo el suelo.

Tras cada alborada este septuagenario campesino pone a prueba su fuerza de voluntad y demuestra lo que puede lograr un hombre con el trabajo de sus manos en cordial matrimonio con la ciencia y la técnica; prueba de ello es la cosecha en este ecosistema de pre cordillera, de 22,8 y 28,8 toneladas por hectárea de papa agroecológica y ecológica; cuya muestra exhibe en un guacal; para refutar a los escépticos, que entre el dicho y el hecho, apenas hay ciencia y voluntad.

 

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