
Si hay un atleta que encandila hoy a la afición de Granma y del resto del país, ese es Osvaldo Abréu Sánchez. Deslumbra porque a menudo anda con el uniforme sucio-como símbolo de haberse “regado” en el terreno-, porque motiva a sus compañeros, tiene un carisma inmenso y es un bateador de líneas formidables.
Como si todo eso fuera poco, Abreu habla desenfadadamente, con una convicción total en el triunfo, aunque siempre respetando a los rivales. Su confianza es tan grande que a principios de los entrenamientos, antes del comienzo de la serie nacional, nos aseguró que Granma llegaría a la final y retendría la corona. La vida acaba de darle la razón.
“Salgo a divertirme en cada partido”, dice a menudo este atleta, oriundo de Yara, quien el próximo 6 de agosto cumplirá 32 años, y que mereció la condición de jugador más valioso de la gran final entre Alazanes y Cocodrilos.
En esa instancia, el número 52 de los Alazanes promedió 520 a la ofensiva (de 25-13), con tres dobles, seis anotadas y cuatro impulsadas.
“No me preocupa ser el MVP”, le había dicho a un colega de la prensa, cuando este le preguntó sobre esa posibilidad. “Lo que me interesa es ser campeón con Granma”, terminó diciendo Pica Pica Abreu, como lo bautizara el narrador deportivo Pachi Espinosa.
En la temporada regular consiguió números excelentes, pues conectó 89 indiscutibles, incluyendo 13 dobles, tres tiples y cinco jonrones. Su average fue de 348, con un OBP de 426, 53 impulsadas y 59 anotadas.
Incluido en el equipo que el año pasado estuvo el torneo de Curazao, Abreu sigue soñando en grande; es decir, con integrar la selección nacional de Cuba. Sin embargo, sabe que esa meta está alta pues nuestro béisbol ha mermado mucho y eso quedó demostrado en la Semana Beisbolera de Haarlem (julio de 2022), en la que el yarense no estuvo bien con el madero.
Antes de comenzar los play off, en los que pegó 28 imparables (a dos de la marca histórica de Yoelvis Fiss), Abreu compilaba 321 de promedio ofensivo en 10 series nacionales. Ese promedió se disparó después a 325, según las estadísticas de Jorge Luis Rosabal.
Más allá de guarismos, lo más importante sería verlo muchas veces en la grama como referente de los Alazanes, echando pimienta, como hasta hoy, en cada batazo o cada lance.