
A dar una respuesta efectiva en la transformación de las casas de cultivo semindustrial El Tocororo ante su deplorable estado, publicado en el semanario La Demajagua, convocó Yanaisi Capó Nápoles, primera secretaria del Partido en Granma, al visitar recientemente el polígono, ubicado en Bayamo.
La miembro del Comité Central subrayó lo dilatado de la evaluación en el orden legal de esta institución, provocado por no hacer lo que corresponde a tiempo con el máximo de agilidad.
Cuestionó el grado de deterioro, falta de chequeo y exigencia por la Delegación de la Agricultura y la Empresa agropecuaria Bayamo, aun cuando estuvieron presentes diferentes situaciones, que ahora obligan a resolverlo, sabiendo las limitaciones con los recursos.
Alcides Aguilar Carrazana, subdelegado agrícola en la Delegación de la Agricultura, explicó que se creó una nueva administración, compartida por las empresas Porcina y Agroforestal Granma, ambas con el propósito de diversificar sus producciones.
Detalló que tres de las casas conservarán sus actuales estructuras, en las otras siete se trabajará con organoponía a cielo abierto, mientras entre la inversión por la Empresa Mecánica Bayamo (Empa).
Leonardo Hernández Castillo, director general de la Empresa Agroforestal, dijo que le dieron esta área del proyecto para garantizar las hortalizas de la población.
“Tenemos una brigada de la Unidad silvícola de Bayamo, en la chapea de malezas dentro de las casas, en la recuperación de una parte de estas y el resto se realizará posteriormente, para lo que contamos con la madera que sustituirá la deteriorada.
“Ahora la misión del momento es ponerlas a producir con varios cultivos de época, conformar los canteros, enriquecerlos con materia orgánica, aplicar bioproductos y sembrar con semillas certificadas”, añadió.
Leticia Ledea Fernández, directora de la Empresa Porcina, informó que asumieron la tarea de explotar en lo productivo, dos hectáreas de El Tocororo y utilizar un local, aún en construcción, destinado a la capacitación como espacio de intercambio de conocimientos y en otras actividades.
Ledea Fernández señaló que buscarían, a partir de la eficiencia, aportar un volumen de hortalizas demandadas por la población y por esa vía obtener ingresos económicos.
Carmen Rosales Vázquez, directora comercial de la Emba, dijo que vinieron para retomar la inversión y reponer el montaje de las mallas dañadas.
Explicó que este fue un proyecto del país con característica rústica, en el cual la Emba fabricó y montó 10 casas de cultivos semindustrial, empleando tubos metálicos para lograr más durabilidad estructural.
Destacó que “lo más importante es que produzcan, porque el pueblo necesita del alimento y no es justo lo que ha sucedido con el abandono de El Tocororo”.
Capó Nápoles, al concluir el encuentro con los empresarios y otros directivos, alertó sobre la responsabilidad de ambas entidades con el correcto funcionamiento de El Tocororo bayamés, lo cual será evaluado de forma sistemática y pública.