
Pisó tierras granmenses tras el complejo desembarco del yate Granma por las costas de Las Coloradas, y permaneció en nuestras montañas hasta que en febrero de 1958 lo ascendieron a Comandante y en marzo del mismo año partió a la creación del Tercer Frente Oriental Dr. Mario Muñoz.
“Este hombre que era una leyenda vuelve a nuestro territorio -según testimonio de José Antonio Leyva García, destacado dirigente de la construcción y por varios años presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular (1994-2005)- para concretar algunas indicaciones de Fidel en la inauguración de la comunidad de Vado del Yeso, el 30 de mayo de 1970.

“Allí el ídolo de Birán planteó las tareas que se desarrollarían en la actual provincia de Granma, como el desarrollo hidráulico, el impulso del programa arrocero, la terminación de la carretera Bayamo- Las Tunas, la creación de la infraestructura vial y de los programas ganadero, avícola, porcino, y los vinculados a otras obras sociales y económicas”.
Luego de ser nombrado a finales de 1970 Delegado del Buró Político en la antigua provincia de Oriente, varias veces chequeó aquí las obras que había orientado materializar el Líder Histórico de la Revolución.

En el lustro de 1970-1975, el Comandante fijó su residencia en Nuevo Bayamo, para contribuir desde una posición más cercana a nuestro desarrollo social, cultural y económico. Para Leyva García, cada vez que Fidel orientaba algo importante relacionado con Granma, inevitablemente pensaba en Almeida, porque era quien encabezaba esa avanzada que venía a traernos desarrollo y progreso.
Cuentan que disfrutó sobremanera la creación del Coro Profesional de Bayamo, quizás porque sentía un especial amor por la música, lo cual validan sus más de 300 canciones compuestas durante su fecunda vida.

Era un hombre de pueblo, por eso disfrutaba visitar las fiestas populares de Bayamo, en las cuales no solo se preocupaba por los aseguramientos, sino por intercambiar con los artistas.
En el 1981 volvió a apoyar el progreso de Granma, luego de que Fidel diera unas instrucciones para seguir desarrollando la provincia y para que alcanzara un 26 de julio, anhelo que se concretó el año próximo.
En ese tiempo se impulsaron obras como Plaza de la Patria, el Hotel Sierra Maestra, el Cine Bayamo y la Escuela de Deportes provincial, que fueron controladas y apoyadas por él.
Con respecto a la Plaza de la Patria, esta fue supervisada por Almeida en sus dos etapas, una en 1981-1982 y la otra en 2002-2006, esta última ocasión aprovechada para crear un espacio en el que no coincidieran las actividades culturales con las políticas y para convertirla en un lugar lleno de vida, donde el pueblo tuviera esparcimiento.
Otra obra a la que dedicó intereses y esfuerzos fue el obelisco de José Martí en Dos Ríos, en el año del centenario de la caída en combate del más universal de los cubanos, por eso, ese lugar tiene la impronta del esmero y detalle con los cuales asumía cualquier tarea.

Pero quizás su mayor legado, no solo para granmenses, sino para todos los cubanos, fue aquella corajuda frase que vociferó en estas tierras cuando la sorpresa de Alegría de Pío, la cual sigue siendo como un impulso ante el desánimo y la aparente derrota: “¡Aquí no se rinde nadie, C…!”