Algo más que una aventura

Félix Antonio López Infante, el primer trabajador de la Televisión serrana  
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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 4 octubre, 2022 |
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Foto LUIS CARLOS PALACIOS LEYVA

“Yo era chofer en el Comité provincial del Partido en Granma, cuando por vez primera llegaron a Bayamo Daniel Diez Castrillo, padre fundador de la Televisión Serrana (TVS) y el productor Norberto Abreu Lizaso, a quienes luego acompañé en sus recorridos.

“En mayo de 1992 libraron la convocatoria para trabajar en esa productora de documentales y, en septiembre, nos sometieron a una prueba de cultura general integral.

“Daniel confiaba en la transferencia tecnológica para los serranos, insistía en que debíamos saber algo de las producciones artísticas y tenía razón. Hoy la mayoría de los realizadores son nativos de esa región montañosa.

“De septiembre a diciembre asistimos a un curso de capacitación en Holguín, tres por especialidades; realizadores, sonidistas, productores, editores y luminotécnicos, con la alternativa de que el chofer ejerciera también la última modalidad y para todos maquillaje, como asignatura complementaria.

“Al concluir la etapa, llegó a Granma un jeep, asignado posteriormente a la TVS y, como inicialmente me desempeñaba como conductor, retorné al timón para asegurar algunos recursos iniciales. Tenía 27 años de edad y jamás había manejado en la Sierra Maestra.

“Una noche, uno de los directivos me dijo:

-¿Alguna vez has manejado por estas lomas? y la mentira piadosa brotó sin esperar:

-¡Uf…toda una vida!

-Prepárate, por la noche partimos para Las Guásimas

“Salimos bajo un torrencial aguacero, apenas veíamos el

camino y al percatarnos de un desrisco, la voz de mi compañero no se hizo esperar:

-¡Tírate a la izquierda!- por ese motivo lo cuento hoy.

“En principio, manejar y convivir en la montaña, resultó chocante para los residentes de la zona, nos miraban con recelo y desconfianza, algunos sabían que en Granma no existía ningún canal televisivo.

“Con el transcurso del tiempo creció la solidaridad, algo maravilloso, fue como vivir en un paraíso, sí es verdad que existe ese lugar, San Pablo de Yao tiene la magia que lo envuelve con el amor y cariño de sus residentes.

“De esta forma, pasamos la etapa más dura del período especial: 10 litros de combustible para el mes, escasa alimentación, y muchas veces la necesidad de trasladar enfermos de la comunidad para la asistencia médica, acciones que fomentaron la interacción entre el vecindario y la televisora.

“Una etapa difícil hasta para dormir, los primeros colchones tenían como relleno hierba seca, al levantarte quedaba marcado tu cuerpo y como regularmente nos visitaban intelectuales y artistas de renombre, ellos también lo sufrieron.

“¿Anécdotas?, de todo tipo. En cierta ocasión, durmió en el centro Vicente González Castro, el conductor de TV en TV, al siguiente día alguien se interesó en conocer cómo había pasado la noche y él, sonriente, respondió:

-¡Excelente!, a cada rato me levantaba a descansar.

“Por motivos de trabajo, el personal de edición se acostaba tarde y los de servicio, desconociendo ese detalle, no concebían el levantarse a las 11:00 de la mañana para desayunar.

“Temprano en la mañana, dejaron en la cocina un recipiente con jabón derretido para lavar, llegaron los editores y pensando que era dulce de leche le untaron al pan. ¡Vaya sorpresa!

“En otra ocasión, se realizó una especie de collage audiovisual en el que aparecían personajes populares del poblado: el barbero, el cantinero, el bodeguero… el material fue expuesto en la plaza, y cuando esos protagonistas se vieron en el documental titulado Una cosa grande y buena, podrás imaginar su alegría.

“Los 18 años vividos en la TVS fueron una aventura que todavía extraño”

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